Emilio Calvo, coach, conferencista internacional, escritor y creador del método ACTIVA, aúna lo mejor de la PNL y la neurociencia. En su dilatada trayectoria, además de impartir talleres y conferencias para público en general, dedica una parte de su agenda a trabajar con empresarios para que mejoren sus resultados y tengan una vida más plena.
Emilio, en un momento en el que el autoempleo se fomenta desde todas las instituciones como una salida a la crisis actual, ¿se traduce este apoyo en empresas saneadas, felices y sobre todo productivas?
Muy al contrario. Creo que ciertos mensajes políticos oportunistas están haciendo creer a muchas personas que pueden crear un emprendimiento por su cuenta, y crear un negocio próspero. Pero las estadísticas no mienten. El 85 % de las empresas de nueva creación no superan los primeros 5 años de vida.
Todo el mundo valdría para ser empresario o emprendedor (no es lo mismo) si previamente se ha trabajado aspectos de su mentalidad y habilidades que no se enseñan en las escuelas.
¿Qué habilidades y qué mentalidad necesita tener hoy en día un emprendedor?
La lista es interminable, pero me puedo centrar en varios ejemplos que veo muy a menudo.
En el apartado de mentalidad me suelo encontrar en mis talleres y formaciones con personas a las que la incertidumbre les causa un estrés inhumano. No saber si tu producto va a funcionar, no estar seguro si te van a comprar, si te van a pagar, si tú vas a ser capaz de aprender nuevas habilidades, no saber delegar… la lista es muy larga. Te resumiría diciéndote que al cerebro no le gusta la incertidumbre, y si no creas músculo en este sentido lo vas a pasar muy mal, tanto tú como tu familia.
Y luego, en cuanto a habilidades, hay que ser realistas y entender que un empresario necesita ser comercial, saber contabilidad, saber dirigir, saber crear equipos productivos, aprender él mismo productividad, a delegar, y algo que suelen olvidar la mayoría de empresarios: necesitan aprender a separar vida privada y familiar de la profesional y darle su tiempo a cada una.
¿Es muy habitual que los empresarios se centren demasiado en su proyecto profesional y se olviden de darse tiempo a sí mismos y a sus familiares?
Es como una pandemia entre los empresarios, y te aseguro que en el 99 % de los casos son emociones inconscientes no gestionadas. El resumen de los pensamientos inconscientes que pasan por la cabeza de un empresario sin casi que se den cuenta de ello es: “si mi empresa va como va estando yo aquí al pié del cañón, ¿cómo iría si yo falto más tiempo del que ya no estoy?”
Entonces les asalta la emoción de culpabilidad o exceso de responsabilidad malentendida y, para no sentirse mal, acaban por decirse a sí mismos: “todo esto lo hago por mi familia”
Esto es un grave error. Si la persona aprende las mínimas claves sobre productividad eficaz, y aprende a separar y delegar tareas, te aseguro porque me lo encuentro en el 100 % de las personas con las que he trabajado, que les sobra tiempo. Al principio no me creen, y tras 3 o 4 sesiones, ellos mismos se sorprenden. Pero como te decía, esto no se enseña en las escuelas.
¿Qué otros problemas viven hoy los empresarios en su día a día?
La lista de retos diarios de un empresario o emprendedor no tiene límites.
Imagínate gestionar las emociones de tu equipo, incluso de tus clientes y a veces de tus proveedores, cuando ni siquiera nadie te ha enseñado a gestionar las tuyas.
La incertidumbre económica alimentada por los noticieros. La elevada presión fiscal. La emoción de soledad… Esta es una de esas armas “silenciosas” que tanto daño hace a un empresario: sentir que no tienes personas con las que puedas compartir inquietudes, miedos y dudas, y te comprendan. Y un largo etcétera que como te decía no tiene fin.
Vaya Emilio, escuchándole, se le quitan a uno las ganas de emprender …
En absoluto. Yo he tenido negocios propios desde el año 93 y puedo asegurarte que la sensación de libertad que vives en un proyecto tuyo, no la puedes vivir trabajando por cuenta ajena. Eso sí, si previamente te has formado para que todo lo que hemos comentado antes no te afecte. Cuando el desarrollo personal y el coaching empresarial llegaron a mi vida, lo primero que dije es: “no es posible que esto fuese tan fácil y yo lo haya vivido tan dificil”.
Siempre me han ido bien mis empresas a nivel económico, pero siempre lo conseguí con un gran esfuerzo personal que te aseguro que no es necesario vivir. Y no se trata de trabajar menos. Se trata de cambiar tu forma de pensar, tus creencias inconscientes, descubrir qué valores inconscientes te hacen sentir una emoción u otra en diferentes momentos, etc.
Te quiero contar mi ejemplo.
Tuve una de las mayores empresas de climatización de mi ciudad. Me iba genial. La cerré.
Monté una empresa de actividades en la naturaleza. Gestionaba una granja escuela con 20 hectáreas, caballos, escalada, tiro con arco. Tenía 25 monitores y campamentos de 100 niños por semana. La cerré.
Luego tuve la mayor carpintería de Andalucía… la cerré.
Detrás de cada cierre siempre había un rosario de “razones lógicas” para hacerlo.
Pero no fue hasta que no llegaron a mí el desarrollo personal y el coaching, hasta que no descubrí con un ejercicio, que en mi inconsciente estaba grabada una necesidad de reconocimiento que no sentí por parte de mi padre, y eso me hacía llegar a lo más alto, no sentir que disfrutaba con lo que hacía, y cambiar de sector.
Te aseguro que si me hubieras preguntado nunca te hubiera dicho que tenía un conflicto interno así. Pero salió, lo pasé del inconsciente al consciente y todo cambió.
Como ese ejemplo te puedo poner cientos de mis clientes.
Empresarios que no avanzaban por un malentendido «sentido de la lealtad» (cómo voy a ser más que mi padre).
Muchas mujeres empresarias que a pesar de lanzarse tenían grabadas creencias limitantes del tipo “¿quién eres tú para triunfar?, o “no vas a poder”, o “no mereces”.
Pero bueno, como te digo, si trabajas en tu interior, para mí el liderar tu propia vida y tu propio proyecto es una sensación que no cambiaría por el mayor sueldo del mundo.
Entonces, ¿se suma usted al slogan de “en momentos de crisis, emprende”?
Sí y no. Si se hace un trabajo previo en habilidades y mentalidad, si se aprende a establecer objetivos, a crear un equipo que esté alineado con tu visión, si se aprende a disfrutar del proceso, incluyendo los tropiezos, 100 % sí.
Pero si no se hace este trabajo previo, solo te diré una frase de un gran amigo mío: no hay negocio que merezca la pena, si el precio que has de pagar es tu salud o tu familia.
Si algún empresario o emprendedor quisiera adquirir estas habilidades y esta fuerza mental, ¿a dónde podría dirigirse?
Hay muchas escuelas de negocios, y hay mucha oferta de formación en desarrollo personal y coaching. Creo que cada persona debe buscar aquella formación que más “le resuene”. Solo me permitiría dar un consejo: busca un mentor que ya haya tenido los resultados que tú quieres tener, y cuyos alumnos también lo hayan conseguido.
A mí me pueden contactar en mi web o en mi canal de Instagram (@emiliocalvo).