De acuerdo a datos proporcionados por la Fundación Gasol, los niños en España invierten más de tres horas en ocio sedentario como ver televisión o usar sus teléfonos móviles. La cifra puede aumentar hasta cinco horas durante los fines de semana.
Aunque este tiempo de entretenimiento es necesario para el bienestar mental, la Organización Mundial de Salud recomienda que sean solo dos horas diarias y que los niños dediquen un momento de su día a ejercitarse o a realizar otra actividad. En este sentido, una escuela de cocina para niños puede ser una alternativa saludable para disminuir el tiempo con las pantallas. Ochimanikia ofrece dos modalidades de clases que son entretenidas y educativas.
Beneficios de llevar a los niños a una escuela de cocina
Llevar a los niños a una escuela de cocina puede traer diversos beneficios para su desarrollo. En primer lugar, pueden aprender habilidades culinarias mientras mejoran su motricidad fina. Al seguir las instrucciones del profesor, es necesario realizar varias actividades en simultáneo: memorizar ingredientes, cortar alimentos, manipular varios utensilios de cocina, entre otros. Esto también estimula la memoria y atención.
Por otra parte, las labores en la cocina fomentan el trabajo en equipo, ya que los niños pueden apoyarse en sus compañeros para hacer ciertas actividades. Sobre todo, después de las clases, cuando todo el grupo debe limpiar su espacio de trabajo.
Por lo general, el maestro incentiva a los estudiantes a aportar ideas para la creación de platos, estimulando así su creatividad. Además, se suelen enseñar recetas saludables de manera divertida, lo cual puede ayudar a que los niños se sientan motivados a comer más sano.
¿Cómo es la escuela de cocina para niños de Ochimanikia?
Ochimanikia es una escuela que ofrece clases presenciales y virtuales de cocina. Cuenta con programas especializados en niños en edad escolar, desde los seis y hasta los 16 años de edad. Estas lecciones son denominadas Academia Grow Cooking y se dividen en dos grupos: uno va desde los 6 hasta los 11 años y el otro desde los 12 hasta los 16.
Las clases para ambos grupos están planificadas de manera que se puedan ofrecer herramientas útiles para cocinar platos completos. No solo se les enseñan los fundamentos básicos de cocina, sino también de higiene, limpieza, organización, cálculo de cantidades, tipos de cocción, conservación, la pirámide nutricional, entre otros aspectos importantes de la gastronomía y nutrición.
Las clases se imparten una vez a la semana y duran dos horas y media. Cada día se enfoca en un tema o ingrediente específico, de esta manera, la información es más fácil de entender. Además, en cada encuentro, los niños combinan la teoría y la práctica, desempeñan una función diferente y al finalizar el curso, pueden hacer un show cooking en equipo. Formar una buena relación con la cocina desde la infancia implica mayor independencia y salud en la adultez.