Una escapada con encanto es salir de la rutina diaria para visitar un lugar y vivir una experiencia distinta, capaz de transformar a las personas.
Un sitio que conjugue naturaleza, paz y gastronomía, donde la prioridad sea el relax profundo, especialmente diseñado para el descanso en pareja o familiar.
Esa es precisamente la propuesta de Jesuskoa, un caserío vasco tradicional construido por los sacerdotes jesuitas en el siglo XVII, que ha sido restaurado minuciosamente. Situado en el pueblo de Zumaia, está a solo 3 kilómetros de la costa vasca, a 20 minutos de San Sebastián y 45 de Bilbao.
Vivencias más allá de los hoteles tradicionales
Los viajes a localidades rurales son una tendencia en el turismo español, fundamentalmente tras la reactivación que ha vivido el sector en años recientes. Los viajeros buscan experiencias distintas, que les proporcionen vivencias que vayan más allá de los tradicionales hoteles o los destinos turísticos abarrotados. Expertos en el tema esgrimen 4 razones principales: beneficios para la salud, cercanía, contacto con la naturaleza y experiencia cultural o gastronómica.
Todo eso lo ofrece Jesuskoa en un mismo sitio, lo que lo hace ideal para una escapada con encanto, como los mismos anfitriones dicen. Su objetivo es ofrecer una auténtica esencia rural vasca rodeada de naturaleza y silencio. El complejo está conformado por una casa grande y varios apartamentos, perfectos para el disfrute de parejas o núcleos familiares completos en total intimidad.
Estas construcciones están elaboradas con paredes de piedra y estructuras de madera. Han sido objeto de una cuidadosa restauración que ha requerido de arduo trabajo durante 30 años. El resultado ha sido asombroso, ya que se han tomado en cuenta todos los elementos tradicionales en la arquitectura campesina medieval.
Jesuskoa ofrece una verdadera fusión entre pasado y presente
A pesar del meticuloso trabajo de restauración, el equipo detrás de este proyecto turístico no ha dejado de lado los avances tecnológicos actuales. El lugar ofrece estaciones de carga para vehículos eléctricos, alquiler de bicicletas eléctricas y un gimnasio con vistas asombrosas. Las instalaciones cuentan con lobby bar, un salón con chimenea, parking, barbacoa, parque infantil, jardín con estanque y granja de animales.
Las habitaciones de la casa grande y los apartamentos cuentan con servicio de televisión, conexión Wifi, secadores de pelo y juegos de mesa. Si la escapada es en familia, se pueden colocar cunas y en todos los espacios las mascotas son bienvenidas. En el marco del concepto de escapada con encanto, el personal de Jesuskoa ha diseñado experiencias para cumplir este objetivo.
Entre esas actividades, caben mencionar la talasoterapia, que es un circuito marino relajante que dura hora y media. Allí la gente se somete a chorros, aguas termales y sauna que proporcionan una sensación relajante sin igual. También están los paseos a la sidrería Urberu, a solo 6 kilómetros del complejo, cenas románticas y rutas en bicicleta que duran toda una jornada.