El clamor del agricultor; Nace ANSAS como defensa de un sistema antigranizo frente a la criminalización

Indignación en el sector agrícola: un sistema legal y probado, convertido en blanco de ataques infundados 

Los agricultores de toda España están hartos. Durante años han buscado soluciones reales y efectivas para proteger sus cultivos de uno de los mayores enemigos de la agricultura: el granizo. Han invertido en tecnologías innovadoras, han seguido todas las normativas legales y han implementado sistemas probados en múltiples países con éxito. Sin embargo, en lugar de recibir el respaldo de las instituciones y la sociedad, se han visto envueltos en una persecución injusta alimentada por desinformación y presiones de ciertos sectores. 

Es en este contexto de indignación y lucha donde nace la Asociación Nacional de Sistemas Antigranizo SPAG (ANSAS), una entidad creada para defender a más de 10.000 agricultores y empresas agrícolas que ven cómo sus esfuerzos para mitigar el impacto del granizo son atacados sin fundamento. Más del 70% los miembros de esta asociación son pequeños agricultores, aquellos que más sufren las consecuencias de las campañas de desinformación y las trabas burocráticas que impiden proteger sus cultivos con herramientas completamente legales. 

El granizo: un problema real con consecuencias devastadoras 

El granizo no es solo un inconveniente para el agricultor; es una amenaza que pone en jaque la economía de comarcas enteras. Cada vez que una tormenta descarga su furia sobre los cultivos, no solo se pierden kilos de producto, sino que se destruyen empleos, se disparan los costes de los seguros agrarios y se reduce el poder adquisitivo en las zonas afectadas. 

El impacto va mucho más allá de la pérdida de cosechas. Cada kilo de fruta o verdura que no llega al mercado es un jornal que no se paga, una empresa que pierde ingresos y una comunidad que se empobrece. En un sector donde cada euro cuenta, cualquier solución efectiva para mitigar estos daños debería ser respaldada sin reservas por todos los actores involucrados. 

Y, sin embargo, en lugar de recibir apoyo, los agricultores que han apostado por el sistema antigranizo SPAG se han convertido en el blanco de ataques y falsas acusaciones. 

Un sistema probado, legal y ecológico que está siendo demonizado 

El sistema SPAG de protección contra el granizo funciona mediante ondas de choque que no modifican las precipitaciones ni afectan al medio ambiente, como han demostrado múltiples estudios oficiales. Esta tecnología, utilizada en diversos países con excelentes resultados, se basa en principios físicos y no químicos, lo que la convierte en una alternativa segura y sostenible frente a otros métodos tradicionales. 

Sin embargo, un reducido grupo de personas y ciertos organismos han impulsado una campaña de desinformación que ha generado un ruido social artificial, dificultando la adopción de esta solución y criminalizando a los agricultores y empresas que la utilizan. 

Así lo denuncia Cristina Collado, responsable de comunicación de ANSAS, quien afirma con rotundidad: “Los sistemas de protección contra el granizo SPAG son una solución eficiente y segura, pero en España estamos enfrentando un acoso sin justificación. Hay personas y organismos que, en lugar de aportar soluciones reales para el sector, están poniendo trabas sin base científica, condicionando a la administración y perjudicando gravemente a los agricultores”. 

Esta situación ha provocado un sentimiento de frustración y enfado en el sector agrícola, que ve cómo su derecho a proteger sus cultivos con una herramienta completamente legal está siendo atacado por intereses ocultos y falta de información veraz. 

ANSAS: una respuesta firme ante la persecución injustificada 

Cansados de esta situación, los agricultores y empresas agrícolas han decidido unirse y plantar cara. Así nace ANSAS, una asociación que se convierte en la voz de quienes están siendo injustamente criminalizados. 

Las funciones de ANSAS serán claras y contundentes. Defender los derechos de los agricultores y empresas que utilizan el sistema SPAG de manera legal y responsable. Crear una representación jurídica única para combatir las falsas acusaciones y presiones infundadas. Establecer canales de comunicación directos con las administraciones y organismos competentes para garantizar que las decisiones se tomen en base a datos científicos y no a presiones externas. Luchar contra la desinformación mediante formación e información transparente sobre el funcionamiento de estos sistemas. Colaborar con centros universitarios y organismos de investigación para seguir validando la seguridad y eficacia del sistema. 

«No podemos permitir que unos pocos intereses particulares perjudiquen a todo un sector. Nuestra asociación no solo defiende a los agricultores y empresas agrícolas, sino también a los más de 50.000 empleos directos y todos los empleos indirectos que dependen del sector», añade Collado. 

España: el único país que pone trabas a una solución efectiva 

Uno de los puntos que más indignación genera en los agricultores es el hecho de que otros países están impulsando activamente los sistemas antigranizo, mientras que en España se enfrentan a barreras injustificadas. 

En países como Francia, Italia y Estados Unidos, esta tecnología se está consolidando como una herramienta clave para minimizar los daños por granizo, recibiendo apoyo de las administraciones y el sector agrícola. 

“Mientras en otros países se apuesta por la innovación, en España nos ponen trabas. En lugar de ayudarnos a proteger nuestras cosechas, nos criminalizan. Es una situación inaceptable”, señalan desde ANSAS. 

Esta contradicción evidencia la falta de criterio y el daño que se está causando al sector agrícola español, que se ve obligado a luchar no solo contra el clima, sino también contra una burocracia que parece estar en su contra. 

Las primeras acciones de ANSAS: reuniones y contacto con organismos clave 

Desde su creación, ANSAS ha iniciado reuniones con diversas entidades y organismos para exponer la situación y exigir soluciones basadas en datos objetivos. 

El primer paso es establecer un diálogo con las administraciones para desmontar los falsos argumentos que se han utilizado en contra del sistema SPAG. Al mismo tiempo, la asociación trabajará en una estrategia de comunicación para informar a la sociedad y evitar que la desinformación siga perjudicando a los agricultores. 

“Nosotros no vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras nos atacan. Vamos a luchar con todas las herramientas legales a nuestro alcance para que se respete nuestro derecho a proteger nuestras cosechas”, concluye Collado. 

Conclusión: un sector unido para combatir la injusticia

El nacimiento de ANSAS representa una respuesta firme y organizada ante la criminalización injustificada de un sistema legal y probado. Los agricultores han dicho basta y han decidido unirse para defender sus derechos frente a presiones externas que buscan perjudicarles sin base científica.

Con una representación fuerte y un objetivo claro, ANSAS se convierte en el escudo de un sector que solo pide poder trabajar en paz, con herramientas eficaces y sin ser tratado como un criminal por intentar proteger su sustento. 

El ruido social y la desinformación no pueden seguir condicionando la agricultura española. Con ANSAS, los agricultores han dado el primer paso para recuperar su voz y asegurarse de que el futuro del campo no esté en manos de quienes desconocen su realidad. 

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