Lo que se esconde detrás de los atracones de comida, claves para reconocer las señales y pedir ayuda a tiempo

La forma de relacionarse con la comida es, en muchas ocasiones, un reflejo del mundo interno. Cuando se siente descontrol con la comida, es probable que ese mismo descontrol se sienta en otras áreas de la vida. La forma de comer y la relación que se tiene con la comida puede convertirse en un altavoz de las emociones, expresando conflictos y preocupaciones que a menudo se es capaz de poner en palabras.

En muchos casos, se normalizan conductas como comer deprisa, picar durante el día o realizar atracones en momentos puntuales. Sin embargo, si estas acciones generan culpa o malestar, podría ser señal de que se necesita ayuda. No es necesario tener un diagnóstico de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) para tener una relación conflictiva con la comida. Una relación amor-odio con los alimentos ya es razón suficiente para buscar apoyo profesional.

¿Qué es un atracón de comida?

Los atracones se caracterizan por una ingesta compulsiva de alimentos en un corto período de tiempo. Aunque al principio pueda resultar placentero, pronto aparece una sensación de malestar físico y emocional. Algunas personas describen que, durante un atracón, sienten que actúan automáticamente, como si perdieran la conexión consigo mismas. Este comportamiento suele estar acompañado de vergüenza, culpa y el deseo de ocultarlo.

Reconocer el atracón

Existen diversas señales que pueden ayudar a identificar si se está experimentando un atracón:

Sensaciones que se experimentan: Los primeros instantes suelen ser placenteros, pero ese placer dura poco. A medida que se sigue comiendo, aparece un gran malestar físico y emocional. Incluso se puede llegar a sentir asco o rechazo por lo que se está haciendo, sin que eso frene la ingesta.

Velocidad al comer: Se experimenta una sensación de descontrol, donde se engullen los alimentos rápidamente, sin masticar ni saborear.

Movimiento e hiperactividad: Algunas personas comen compulsivamente mientras no paran quietas, manifestando un gran nerviosismo y desconexión emocional durante el acto de comer.

Consciencia alterada: Durante el atracón, se puede sentir que la persona no está en control de sí misma, como un autómata que actúa sin pensar. Después del atracón, es común no recordar qué o cuánto se ha comido.

Ocultar el atracón: La vergüenza y el miedo al juicio llevan a muchas personas a esconder estos episodios.

Descontrol: Esta sensación intensa durante la ingesta compulsiva es lo que diferencia un atracón de simplemente comer en exceso.

Lo que se esconde detrás de los atracones de comida

Los atracones no surgen de la nada. Su origen puede estar en distintos factores, como:

Hambre debido a dietas restrictivas: Cuando se priva a uno mismo de alimentos durante el día, es probable que por la tarde o noche se sienta un hambre intensa que puede llevar a una ingesta compulsiva.

Restricción y cultura de la dieta: El «dietismo crónico», o la costumbre de estar siempre a dieta, crea categorías de alimentos «buenos» y «malos». Estas prohibiciones generan ansiedad, lo que a su vez puede desencadenar atracones al consumir esos alimentos prohibidos.

Saltarse la dieta: Es común el pensamiento de «como uno se ha saltado la dieta, no vale la pena seguir». Esto puede provocar un episodio de ingesta descontrolada.

Dificultades emocionales: La comida se convierte en una vía de escape cuando se siente que no se tiene recursos para afrontar nuestras emociones. Días de cansancio o tristeza pueden llevarnos a buscar consuelo en la comida.

Patrones y hábitos: Al principio, los atracones podrían haber cumplido una función (escape, consuelo o premio). Con el tiempo, aunque esta razón desaparezca, el hábito persiste y se asocia a situaciones específicas, como ver la televisión.

Sentimiento de fracaso: Ganar peso puede percibirse como un fracaso, lo que lleva a darse un atracón a modo de castigo.

Entender el contexto en el que surgen estos episodios es clave para abordar el problema de forma efectiva. Aquellos que se sienten atrapados en este ciclo deben saber que el tratamiento del trastorno por atracón es fundamental para superar estos episodios y recuperar el equilibrio emocional.

El ciclo control-descontrol

Este ciclo empieza con una insatisfacción corporal, lo que lleva a dietas restrictivas. La privación genera tensión, que desemboca en un atracón. Tras el episodio, la culpa empuja a reiniciar la dieta, perpetuando el problema.

Cómo dejar de sufrir atracones de comida

Salir de este círculo vicioso requiere un enfoque integral:

Abandonar la restricción: Adoptar una alimentación intuitiva que permita satisfacer las necesidades del cuerpo.

Gestionar las emociones: Aprender a identificar, validar y transitar las emociones sin recurrir a la comida.

Establecer rutinas: Comer de forma regular y equilibrada previene episodios de descontrol.

Aceptar el cuerpo: Trabajar en la aceptación corporal reduce la necesidad de hacer dietas extremas.

Evitar conductas compensatorias: Acciones como el ayuno o el uso de laxantes refuerzan el ciclo de atracón.

Fomentar el autocuidado: Atender las propias necesidades y escuchar al cuerpo es fundamental.

¿Quién puede efectuar un tratamiento de trastorno por atracón?

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria, incluyendo los atracones de comida, deben ser tratados por profesionales especializados. Es crucial acudir a psicólogos colegiados con experiencia en TCA, ya que poseen las herramientas necesarias para ofrecer un tratamiento adecuado y personalizado. En el caso de necesitar una psicóloga especializado en TCA el equipo de Identya Psiconutrición cuenta con más de 12 años de experiencia en TCA y Trastorno por Atracón.

Pedir ayuda: un acto de autocuidado

Reconocer que se necesita ayuda es el primer paso hacia una relación más sana con la comida y con una misma. Contar con el apoyo de un equipo especializado como el de Identya Psiconutrición puede marcar una gran diferencia en el proceso de sanación.

Comprender lo que sucede en el interior de una misma, es una forma poderosa de retomar el control sobre el bienestar.

Escrito por Melania Vargas 

Directora Clínica de Identya Psiconutrición

Psicóloga Clínica experta en TCA

Colegiada 21466

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