»Se puede tener todo en esta vida».
Esta no es solo una frase bonita, sino una declaración consciente de merecimiento y despertar emocional. Una reconexión consciente de la abundancia interior. ¿Cuántas veces, en la infancia, se acepta la escasez como estilo de vida? No se puede tener dinero y salud al mismo tiempo. Tampoco se puede tener trabajo y tiempo, ya que el trabajo duro es la realidad de millones de personas que olvidan su poder de merecimiento.
Dicha programación enseña a vivir con miedo al placer, con culpa por recibir y con la sensación de que no se merece sentirse pleno por demasiado tiempo. La creencia en el sacrificio no radica en “no tener”, sino en haber creído que “no se podía merecer”.
Cuando una persona comienza a confiar en que puede tenerlo todo en todas las áreas de su vida, algo en su interior se reordena. La vida deja de ser un campo de batalla y se convierte en un espacio de creación.
El merecimiento es la reafirmación de la abundancia. Reconocerse como alguien abundante implica merecer todas las oportunidades, el amor, la salud y la vida que rodea. Es un reflejo natural del un nivel más elevado de conciencia.
Vibrar en abundancia en todas las áreas de la vida convierte a las personas en imanes. Por ejemplo: Tener una intención clara de generar más ingresos, hace que las oportunidades se manifiesten porque la realidad confirma la intención desde una vibración elevada.
El error común de las personas que carecen de merecimiento
Desear abundancia desde la escasez es como si un pez dijera: “Deseo estar en el agua”, cuando en realidad ya está en ella.
Esto revela una verdad esencial: el deseo muchas veces nace del vacío, mientras que el merecimiento surge del reconocimiento. Cuando se reconoce la abundancia como el verdadero estado natural del ser humano, entonces no se persigue, se despierta.
Existe una creencia que limita dicho poder. La percepción errónea de que es necesario limitar el merecimiento para no incomodar. Tener más que otras personas puede sentirse como una traición. Y en ese intento de adaptarse al nivel de quienes están cerca, muchas veces se pierde la conexión interna con lo que realmente se merece.
Una forma válida de elevar el nivel de conciencia, radica en preguntas como:
¿Qué tipo de pensamientos predominan al comenzar el día?
¿Qué aspectos de la rutina diaria reflejan el merecimiento?
¿Qué prácticas diarias ayudan a la sanación de los conflictos del pasado?
Estas preguntas refuerzan la mente subconsciente con creencias poderosas que elevan los estándares de calidad de vida. Responderlas cada día desde una consciencia elevada activa la manifestación consciente. El merecimiento no es cuestión de comparación. No se trata de tener “más que otros”, sino de reconocer el derecho a recibir lo que está alineado con la propia esencia.
3 Señales de un bajo nivel de merecimiento
Reconocer las formas sutiles en las que se manifiesta un bajo merecimiento es el primer paso hacia la transformación interior. Estas señales no siempre se expresan con palabras; muchas veces se esconden en decisiones diarias, en hábitos automáticos o en la forma en que manifiestan los bloqueos repetitivos, llamados: Patrones de escasez.
Procrastinación disfrazada de perfeccionismo
Una de las formas más frecuentes y silenciosas de baja autoestima y merecimiento es postergar. No es falta de disciplina, muchas veces es una protección inconsciente: si no se empieza, no hay posibilidad de fallar. El perfeccionismo suele actuar como excusa para no exponerse al juicio externo… pero, en realidad, está encubriendo el miedo a brillar.
Conformismo como mecanismo de defensa
Cuando no se han vivido resultados diferentes, el cerebro se aferra a lo conocido. El conformismo, más que comodidad, es una estrategia para evitar la incertidumbre. Pero esta resistencia al cambio también impide manifestar lo que se merece. “Si nada cambia, se evita la incertidumbre”. Ese pensamiento limita la capacidad que tienen las personas a la hora de recibir nuevos cambios y oportunidades.
Comparación constante con los demás
Medir el propio valor en función de lo que otros hacen o logran es otra señal clara. Esta comparación interna mina la autoestima y deja fuera toda validación propia. El mensaje de fondo es: “Si la otra persona lo tiene, yo no lo merezco” o también “Si esa persona lo ha logrado, es porque es valiosa más que yo”. Y esto refuerza creencias limitantes como “debo esforzarme más para valer”, o “el éxito solo es para unos pocos”.
La raíz de los bloqueos con el merecimiento: la programación heredada
La realidad externa es el reflejo de una estructura interna. Y esa estructura comienza a formarse desde los primeros años de vida.
Los inputs externos —mensajes, modelos, palabras— generan pensamientos que activan emociones. Las emociones sostienen comportamientos repetidos, y estos se convierten en hábitos, que terminan moldeando los resultados.
Si no se sabe lo que se puede aportar al mundo, si no hay claridad sobre las capacidades propias, tampoco se siente derecho a recibir. La creencia limitante es:
“Como todo lo que empiezo no lo termino… entonces no merezco tenerlo.”
Este patrón suele tener origen en creencias profundamente arraigadas, muchas de ellas heredadas de la familia y personas de autoridad. Frases como:
“Más vale malo conocido que bueno por conocer.”
“No todo en la vida se puede.”
“Primero los demás y después tú.”
Estas ideas repetitivas reflejan un condicionamiento en su sistema de creencias que lleva a la persona a bajar sus estándares de calidad de vida y reafirmar la escasez, el sacrificio y la supervivencia en el mundo.
Reprogramar el merecimiento: un proceso de toma de consciencia
Romper con estos patrones no se logra solo desde la mente. El trabajo comienza en la mente subconsciente, pero se integra a través de:
La reeducación mental subconsciente
La gestión emocional
La conexión con la Divinidad
La sanación de patrones hereditarios de escasez.
Cómo elevar el nivel merecimiento para vivir en abundancia
Aceptar la posibilidad de recibir más sin culpa también implica dejar de compararse. Alguien que cree que si otra persona pudo, entonces también puede, comienza a validar su propio camino.
Cargar con creencias como “el dinero es malo” o “los ricos son egoístas” reduce el nivel de merecimiento y debilita las decisiones que se toman.
Esto se refleja en conductas como: Pedir descuentos, bajar el precio del propio trabajo, desvalorizar las habilidades, creer que nadie va a elegir lo que se ofrece.
Ya sea en el ámbito del emprendimiento o en trabajos en relación de dependencia, el verdadero obstáculo no está en lo que se hace, sino en cómo se percibe el propio valor.
El merecimiento no se alcanza. Se recuerda. Cuando no se puede avanzar en este proceso en solitario, buscar acompañamiento es una acción de merecimiento en sí misma. Contar con personas que han transitado este camino, que comparten herramientas y experiencias, puede marcar la diferencia.
En este contexto, Linda Monroy ofrece acompañamiento a través de su sitio web www.lindamonroy.com, como un espacio para quienes desean reconectar con su abundancia y romper patrones limitantes desde el amor y la expansión.
No es necesario esforzarse más o ser más para merecer. Solo hace falta reconectar con la verdad interior: cada persona es digna por el simple hecho de existir.
Artículo redactado por Linda Monroy, coach y mentora en abundancia consciente.
ACERCA DE LINDA MONROY
Linda Monroy es coach, mentora y escritora especializada en abundancia consciente, merecimiento y transformación emocional.
La misión de Linda es ayudar a las personas a identificar sus patrones hereditarios de escasez, reprogramar su mente subconsciente y elevar el poder de merecimiento a través de diversas disciplinas del desarrollo personal.
Certificada en Psicología Positiva, Mindfulness y Gestión Emocional. También posee la certificación como Coach Personal otorgada por la International Coaching Federation (ICF), una de las entidades más reconocidas en el campo del coaching.
Ha publicado su primer libro en el 2019 “30 ejercicios para atraer abundancia”, disponible en Amazon. También ha sido coautora del libro “15 miradas al desarrollo personal” que lo pueden adquirir en España en su página web.
Ha participado en el Coaching Pro-Live 2024, evento en el que se rompió el récord Guinness como el evento de desarrollo personal más largo de la historia. También ha sido ponente en diferentes congresos y eventos online dirigidos al desarrollo personal.
Para ayudar a más personas, Linda ha creado la Academia de Abundancia en 2021, un espacio de formación online donde ayuda a cientos de personas a través de cursos y entrenamientos especializados en merecimiento y abundancia.
Su lema es: “Puedes tenerlo todo en esta vida”.