Turismo activo cardioprotegido gracias a los campings de Aragón

Se trata de los campings de “Los Vives”, del Valle de Chistau y del Parque Posets Maladeta, “Camping Pineta” y “Camping Valle del Bujaruelo”, en el Parque Nacional de Ordesa y el Monte Perdido, y “El Puente”, en Rodellar.

Los cuatro campings reciben miles de clientes cada verano, especialmente familias amantes de la naturaleza de España y de países como Francia, Alemania, Holanda y Bélgica. Un turismo que ha crecido desde la Covid-19 y, especialmente, en la post pandemia.

Se trata de un turismo activo que, además de senderismo, contempla numerosas actividades multiaventura como rafting, kayak, barranquismo, escalada, descenso en mountain bike, tirolina, paseos a caballo, etc., que se practican de forma segura, pero que nunca están exentos de pequeños accidentes.

A esta actividad se añade la dispersión geográfica y un sistema de comunicación más complejo que puede dificultad las labores de asistencias y rescate. “Por eso hemos dado un paso adelante y hemos equipado nuestras instalaciones con desfibriladores que, en caso de accidente cardiaco nos permiten atender rápidamente a esa persona mientras llegan los servicios de emergencia”, explica el portavoz de Camping Los Vives. Además, cada camping ha formado a su personal en técnicas de SVA y RCP, que permiten atender a la persona accidentada mientras llega el desfibrilador, aumentando sus posibilidades de supervivencia.

ANEXO

Espacios cardioprotegidos conectadosLa cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.

Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.

Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de un máximo de 5 minutos.

Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados.

Cadena de Supervivencia:

  • Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia.
  • Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP).
  • Desfibrilación temprana.
  • SVB y cuidados post-resucitación
  • Proyecto+VidaProyecto de RSC de B+SAFE creado para fomentar el cuidado del corazón y una cardioprotección eficaz, así como enfocar la tecnología al servicio de la seguridad y la prevención en las organizaciones.

    Sus acciones: sensibilización sobre la cardioprotección, fomento de hábitos de vida saludables, formación de conocimientos básicos en RCP/SVB, cardioprotección de eventos, donación de desfibriladores, donación de sistemas de seguridad para prevención, organización de eventos y talleres.

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