En el último año el sector inmobiliario ha experimentado grandes cambios. No obstante, ha resistido positivamente al impacto de la pandemia, y en el corto plazo se espera un comportamiento relativamente positivo y estable. En este panorama, gran parte del protagonismo lo están acaparando los nuevos modelos de vivienda de alquiler que han surgido como alternativa al modelo tradicional. Entre ellas destacan el coliving o el Build to Rent, formatos que aparecieron desde hace ya años, pero que hoy en día siguen ganando atención por responder a las nuevas necesidades y demandas postpandemia.
Los modelos de vivienda como el coliving o de entorno profesional como el coworking comenzaron su auge dando respuesta a la tan demandada “flexibilidad” de públicos como el emprendedor o los millennials, y actualmente capturan el interés de los inversores, quienes ven en este modelo de vivienda un potencial, por su flexibilidad. De la misma forma, el Build to Rent, que consiste en la construcción de inmuebles destinados al alquiler en lugar de venta, se encuentra en una fase de crecimiento, atrayendo la atención de promotoras, inversores, e incluso, instituciones públicas.
La tenencia de vivienda en alquiler en España ha mostrado un aumento del 3,5% entre 2011 y 2019, según datos de Eurostat, lo que demuestra el crecimiento de esta demanda en la última década. Y aunque la propiedad sigue siendo protagonista en España (76,2% en 2019 según Eurostat), se podría pensar que la población española está comenzando a ver el alquiler como una alternativa a largo plazo, de la misma forma que sucede en muchos países europeos como Alemania, Austria o Suiza, donde el alquiler es casi equitativo a la propiedad, o incluso superior.
En España, actualmente la importancia de ampliar el parque de vivienda es tal, que ya se están viendo planes públicos para lograr este objetivo. Por un lado, la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha el Plan Vive, cuyo objetivo principal es ampliar el parque de viviendas en alquiler. Y a nivel nacional, el programa de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia incluye un programa de vivienda social para alquiler de 1.000 millones de euros.
Así, no es sorpresa que estos modelos alternativos que pretenden ampliar el parque de viviendas de alquiler estén experimentando un auge importante. Mejorar la accesibilidad a la vivienda y moderar los desequilibrios en las ciudades donde la demanda es mayor, son algunos de los motivos de su despunte. Los expertos de Instituto de Valoraciones explican otros factores:
Menos posibilidades para acceder a la vivienda en propiedad: si bien es cierto que tras la llegada de la pandemia las entidades bancarias han lanzado atractivas ofertas y condiciones de financiación para acceder a una hipoteca, estas facilidades se han dirigido principalmente a personas con capacidad financiera suficiente. Y es que, el perfil requerido por las entidades bancarias para conceder una hipoteca es cada vez más exigente, un factor que dificulta el acceso a la propiedad de vivienda.
Mayor interés por parte de promotoras e inversores por estos nuevos formatos: los formatos de coliving o Build to Rent se han posicionado como modelos de vivienda muy atractivos para promotoras e inversores, pues se presentan como activos innovadores, seguros y con una alta probabilidad de rentabilidad, en parte debido a su expectativa de crecimiento, la flexibilidad que ofrecen, su adaptación a los nuevos hábitos y modelos de vida, o su capacidad de amoldarse a diversos mercados. Además de la relativa estabilidad y seguridad que ha demostrado el sector del ladrillo al impacto de la pandemia. El Build to Rent ofrece rentabilidad a los inversores a través de un nuevo formato, con alta capacidad de escalabilidad, que da respuesta al auge del alquiler, una oferta actualmente insuficiente para la alta demanda que existe, sobre todo en las grandes ciudades. Por su parte, las normativas y regulaciones para el coliving están comenzando a definirse, lo que también da más garantías a este modelo y seguridad para los inversores. De hecho, son muchas las promotoras y fondos de inversión que están ya mostrando interés en estos modelos, algo que queda claro con todos los proyectos que hay actualmente en marcha para la creación de nuevos espacios destinados al coliving o Build To Rent.
Inestabilidad laboral y ahorro insuficiente, sobre todo entre los más jóvenes: ante la inestabilidad económica y laboral generada por la llegada de la pandemia, el acceso a la vivienda en propiedad implica cada vez más obstáculos para muchos, teniendo en cuenta el ahorro inicial con el que se debe contar para hacer frente al pago inicial de la operación o el requisito de estabilidad económica que demandan las entidades financieras para otorgar préstamos. Este panorama, unido a los cambios en las necesidades y demandas de vivienda, que en muchos casos incluyen zonas comunes o espacios destinados para el ocio o para teletrabajar, además de opciones de alquiler flexibles y según las necesidades de cada persona, ha incidido en el repunte del interés por la creación de nuevos modelos de alquiler.
Un formato de vivienda adaptado a las necesidades y hábitos postpandemia: la pandemia ha traído consigo una evolución acelerada del “aquí y ahora”. Traducido al sector inmobiliario y, sobre todo, al mercado de los alquileres tradicionales, el cambio recae sobre un aumento de la demanda de contratos de alquiler más flexibles. Es por ello por lo que, cada vez más los alojamientos alternativos como el coliving están ganando peso. Este modelo de vivienda ofrece la privacidad de un apartamento, pero con la comodidad de tener espacios amplios, zonas específicas para trabajar o estudiar, servicio de limpieza, e incluso, de lavandería disponibles… además de otras prestaciones claves en la situación actual como condiciones de contratación flexibles adaptadas a las necesidades de cada persona.
Modelos que se adecúan a las necesidades del público más joven: los nuevos modelos de alquiler han generado gran interés, sobre todo, entre la población millennial. Y es que estos modelos se adecúan perfectamente a la demanda y el estilo de vida de los jóvenes que, entre otras cosas, priorizan la movilidad geográfica, la flexibilidad, los cambios y el deseo de conocer nuevas personas y vivir nuevas experiencias.