Por parte de la Fundación del Patrimonio Ferroviario ha sido recuperada recientemente para el patrimonio industrial español una valiosa pieza de nuestra trayectoria histórica en materia ferroviaria. Se trata de la locomotora diésel, de dos ejes, construida en los años 50 del pasado siglo por Metalúrgica de San Martín, de Barcelona, con número de fábrica 626, bajo licencia alemana Gmeinder.
La pieza histórica en cuestión es muy representativa del esfuerzo hecho por la industria española de construcción de material ferroviario durante la posguerra para empezar a producir en serie locomotora de combustión interna con destino a las maniobras y al removido de material en el interior, fundamentalmente, de plantas industriales.
La actuación ha sido posible gracias a la acreditada sensibilidad cultural en materia de patrimonio histórico que caracteriza al importante Grupo EXOLUM, hasta ahora Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) y anteriormente Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos, S. A. (CAMPSA). De su propiedad es la locomotora ahora restaurada, la cual fue empleada hasta el final de su vida activa en el servicio de maniobras de la planta industrial que el Grupo tiene en Sevilla.
La restauración llevada a cabo se enmarca dentro de la política que EXOLUM desarrolla con miras a la recuperación y puesta en valor del conjunto de su propio patrimonio corporativo. Política muy encomiable que deberían seguir todas las empresas industriales de cualquier país con un mínimo de sensibilidad por su trayectoria histórica a nivel social, mercantil e industrial.
Los trabajos a este respecto han corrido a cargo, materialmente, de la Sociedad Española de Actuaciones Mecánicas, empresa especializada en la restauración de material histórico de ferrocarriles, además de dedicada al mantenimiento y reparación de locomotoras y vagones industriales. Para llevarla a cabo fue necesario desmontar totalmente numerosas partes de la máquina. Entre otras cosas, por los daños que presentaban muchos de sus elementos, tras décadas de intenso servicio y la natural agresión de los factores climatológicos. En este sentido, la carrocería fue objeto de las oportunas actuaciones de saneamiento y cada uno de los elementos desmontados fue también reparado y recolocado en su correspondiente ubicación.
Concluidos los trabajos y efectuadas diversas pruebas para observar sus correctos movimientos, la locomotora fue definitivamente pintada. Para ello se eligió la decoración propia de su primera época, en color básico verde, con partes y detalles en negro, rojo y amarillo, así como con la rotulación de entonces, propia de la histórica CAMPSA, la cual figura en el frontal y en los laterales de la máquina.
Ahora, tras esta relevante actuación desarrollada gracias al acuerdo entre la Fundación del Patrimonio Ferroviario y el Grupo EXOLUM, la locomotora, aunque perteneciente al patrimonio corporativo de este, pasa a formar parte también del legado cultural en materia de patrimonio industrial ferroviario del conjunto de la sociedad española.