La educación de un perro consiste en un proceso que contempla la enseñanza de pautas que son claves para la vida cotidiana del hogar.
Los puntos a tener en cuenta son varios, entre ellos, el respeto por las personas que visitan la vivienda y el reconocimiento de la zona para descansar.
Según los expertos, la mejor etapa para aplicar estas aptitudes es durante los primeros años de vida del animal. Por eso, el ejercicio de educar a un cachorro resulta elemental, ya que durante el mismo es factible ayudarle en su gestión emocional.
Respecto al tema, la educadora canina Noemí Haro ofrece, a través del proyecto Ulises y Argos, una lista de trucos infalibles para mejorar la vida de los animales.
Claves de la educación canina
Así como la educación primaria para los seres humanos comienza en la familia, para los perros también es importante poder desarrollarse con las personas que va a convivir durante los primeros meses de vida.
Se trata de un tiempo en el que aprenden reglas básicas de la especie y van desarrollando su caracter, con base a la superación de miedos.
Uno de los períodos de gran valor es el de la lactancia materna. Este permite la incorporación de determinados nutrientes, que son vitales para que el animal tenga un desarrollo adecuado.
Entre los puntos de la lista elaborada por Noemí Haro, figura la etapa destinada a la enseñanza de hacer sus necesidades en el exterior. La misma consiste en un proceso que debe cumplirse de manera natural, respetando los tiempos del cachorro que, en general, ocurren después de comer, beber, jugar o despertarse.
Un detalle a tener en cuenta es evitar los regaños, debido a que estos alargan el proceso.
Por otra parte, una de las consultas reiteradas está ligada a la alimentación. En este punto, la educadora recomienda planes nutricionales con productos de gama alta libres de cereales o dietas naturales, como la BARF, que se basa en alimentos crudos.
Errores comunes en la educación a cachorros
La falta de tiempo y la ansiedad por cumplir con los procesos de manera rápida conllevan a producir errores en el momento de empezar con la educación canina. Esto es perjudicial a futuro, ya que los perros van adquiriendo ciertos hábitos que se traducen en conductas viciosas.
Algunos de los errores más comunes son utilizar empapadores, mencionar el nombre del perro en situaciones negativas y acudir a transportines para efectuar el traslado a cortas o medias distancias.
Evitando todas las situaciones anteriores y fortaleciendo el desarrollo del animal en el entorno natural, el proceso de educación se puede cumplir de forma eficaz.
Para una mayor comprensión de dicha etapa, Noemí Haro ofrece el curso de iniciación en educación canina empática, basado en técnicas fáciles, efectivas y divertidas para educar con amor.
Tomando en cuenta lo anterior, si el objetivo es poder crear lazos sólidos con los compañeros caninos, la propuesta de Ulises y Argos es la indicada, ya que fomenta el desarrollo de lazos emocionales, la estimulación mental y permite comprender las necesidades de los animales.