El vínculo entre el alma y el cuerpo, para la tradición oriental, es esencial.
En este contexto, se busca explorar las experiencias que se viven en el cuerpo físico como camino para la realización espiritual. La ciencia tiene numerosos estudios en los que ha comprobado que llevar al cuerpo a situaciones de estrés, en los que se segrega una hormona llamada cortisol, es la fuente de múltiples problemas de salud. Es por ello que aprender a adquirir un estado óptimo de relajación, puede llevar a promover una buena salud física y psicológica.
Teniendo esto en cuenta, Madhur ofrece un curso masaje tántrico como un ritual en el que una persona, en completa consciencia, cuida de la otra en cuanto a su cuerpo, su sentir y su energía.
Presencia y confianza más que técnica
Más que técnicas, en el masaje tántrico existen la actitud y la presencia. La escucha continua de los participantes permite que el masaje avance en línea con las necesidades de lo que se siente en cada instante, como un territorio que está siendo incesantemente descubierto. Durante este ritual, las personas se dedican a recibir, con una actitud de confianza, un cuidado que permita re-descubrir el cuerpo, los anhelos del corazón y las maneras en las que se desea ser cuidado, como un camino hacia la posibilidad de amar y ser amado sin condiciones.
Partiendo de estas premisas, en el curso de masaje tántrico que ofrece Madhur se realizarán meditaciones y dinámicas de pareja o en pequeños grupos que favorezcan la escucha del cuerpo tanto mientras se brinda el masaje al otro como mientras se recibe. A través de la estimulación de los chakras, en las sesiones se buscará desbloquear canales de flujo de energía sexual, con el objetivo de llevarla a todos los rincones del cuerpo, y se intentará propiciar una profunda comprensión psicológica y emocional como complemento esencial del tacto.
Una vida tan plena como el horizonte
Este tipo de masaje tántrico, busca el despertar de la consciencia y la iluminación. De esta forma, con los masajes tántricos se busca en particular, además de lo ya mencionado, mejorar la autoestima de los participantes, recuperar la intimidad de las parejas y configurar una relación mucho más placentera entre estas.
Partiendo de esta visión, Madhur ofrece este y otros espacios de formación bajo la concepción de que ayudar a las personas a tomar consciencia sobre aquello que influye en su relación consigo mismo, con los demás y con la existencia, es una gran aportación en su bienestar, la libertad, la felicidad y la vida plena.