La pandemia ha transformado radicalmente la forma en que se trabaja, dando lugar a un modelo híbrido que combina lo mejor del entorno remoto y presencial. En Chile, esta tendencia está consolidándose rápidamente, con empresas de todo tamaño adoptando soluciones flexibles para mantener su productividad y competitividad.
Uno de los pilares de esta evolución son los espacios de arriendo de coworking, que ofrecen a las organizaciones la infraestructura y herramientas necesarias para implementar esquemas de trabajo híbrido. Estos entornos colaborativos permiten a los empleados disfrutar de las ventajas del trabajo remoto, mientras se benefician de la interacción presencial y las sinergias de un ambiente de oficina.
Pero el trabajo híbrido va más allá del simple arriendo de salas ocasional. Las empresas chilenas están invirtiendo en soluciones tecnológicas avanzadas que respaldan esta nueva modalidad. Herramientas de videoconferencia, sistemas de reserva de espacios y plataformas de gestión de equipos remotos se han vuelto indispensables para coordinar de manera eficiente a colaboradores que alternan entre el hogar y la oficina.
Incluso las oficinas virtuales han ganado terreno, brindando a las organizaciones la flexibilidad de tener una presencia profesional sin los costos fijos de una sede física. Este modelo permite a las empresas reducir gastos operativos, a la vez que ofrecen a sus colaboradores la opción de trabajar desde cualquier lugar.
Los beneficios del trabajo híbrido son claros. Según un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción, el 73% de las empresas ha reportado aumentos en la productividad de sus equipos desde la implementación de esquemas híbridos. Además, esta modalidad contribuye a mejorar el equilibrio entre vida personal y laboral, lo cual se traduce en una mayor satisfacción y retención del talento.
Sin embargo, la transición no está exenta de desafíos. La adaptación de la cultura organizacional, la capacitación del personal y la seguridad de los datos son algunos de los aspectos que las compañías deben abordar para asegurar el éxito del trabajo híbrido.
A pesar de estos retos, la tendencia se mantiene firme. De acuerdo con proyecciones del mercado, se espera que para 2025 al menos el 60% las empresas chilenas hayan implementado algún grado de trabajo híbrido. Aquellas que sepan aprovechar esta oportunidad estarán mejor posicionadas para atraer y retener talento, optimizar costos y mantener su competitividad en el nuevo panorama laboral.