El intercambio de anillos entre cónyuges es una tradición cuyos primeros registros provienen de rollos de papiro de hace 6.000 años. Para los antiguos egipcios simbolizaba la eternidad, el amor más allá de la muerte, connotaciones aún presentes en las actuales alianzas de boda, al igual que determinados usos y costumbres como su puesta en el dedo anular o la sencillez de su diseño, que evolucionaron de una civilización a otra durante milenios.
Pero esta preciada joya no siempre fue cosa de dos, pues en el Antiguo Egipto sólo era portado por la mujer, custodia de los bienes de la familia. Como señalan desde la firma Germán Joyero, «fue hacia la mitad del siglo XX cuando los hombres empezaron a utilizar las alianzas de boda, pero desde la Segunda Guerra Mundial se convirtió en una tendencia que permanece hasta la actualidad, ya que los soldados que luchaban en el frente solían llevarlos en recuerdo del amor que sentían hacia su familia y su esposa».
Los materiales hoy estandarizados tampoco eran comunes en las primitivas alianzas nupciales. «El material con el que antiguamente se hacían las alianzas no era nada duradero. Así es como existen registros de anillos que fueron elaborados con piel, madera y marfil, considerados como los predecesores de las alianzas que se utilizan hoy en día», explican desde esta joyería madrileña, especializada en anillos y alianzas de boda.
Germán López Pérez, director financiero y diseñador de joyas de Germán Joyero, asegura que «el material más utilizado es el oro amarillo de 18 kilates, aunque también pueden verse alianzas de oro blanco y platino o incluso de otros metales». La preferencia por el oro amarillo se justifica en la practicidad más que en la costumbre: este metal resiste mejor el desgaste diario, mientras que las alternativas se resienten al paso del tiempo.
Además, la aparente simpleza de su diseño ha sido una constante en la historia de las alianzas nupciales. Su elaboración, en principio con cañas y otras fibras vegetales entrelazadas, se sofisticó durante la Edad Media hasta acoger la imagen de Jesús bendiciendo a los novios o de una llave simbólica para abrir el corazón del cónyuge.
En la actualidad, «el diseño suele ser sencillo y elegante, generalmente no se añaden gemas y se usan modelos lisos», puntualizan desde Germán Joyero, reconociendo además que «cada vez hay más parejas que demandan modelos más innovadores en los que se permiten engastar pequeños diamantes o alguna otra piedra preciosa», lo que ayuda a entender el éxito de las alianzas de boda originales de esta joyería online.
La fuerza de la tradición mantiene vivas determinadas usanzas, como el dedo y la mano en que debe ponerse esta sortija. «El anillo de boda se lleva en el dedo anular, que según una tradición ya seguida por los romanos o los egipcios, contiene la vena amoris», aclaran desde la empresa madrileña.
«En la mayor parte del mundo se lleva tradicionalmente en la mano izquierda. No obstante, también hay zonas geográficas de Europa donde se coloca en la derecha, e incluso en España varía en función de la región (Cataluña, Baleares y Valencia en la izquierda y en el resto de España en la derecha). En joyería Germán consideramos que siempre se debe llevar donde nos resulte más cómodo y nos apetezca», concluyen.
Acerca de Germán JoyeroGermán Joyero es una joyería online de Madrid especializada en anillos de compromiso, alianzas de boda y joyas personalizadas, con colecciones propias y pertenecientes a reputadas marcas (LK, Polello, Argyor, Duoo). Desde su fundación en 1945, esta joyería de autor ha acumulado una larga y rutilante trayectoria, merecedora del prestigioso galardón ‘Dedal de Oro 2014’.