El que presta dinero con usura, es decir, cobrando intereses excesivos, es el usurero.
Para entender la gravedad de esta práctica, cabe señalar que la usura fue delito en España hasta 1995 y, aunque pueda parecer que esta práctica está ya desaparecida, resulta que hoy, en pleno siglo XXI, existen más usureros que nunca. Cualquier entidad financiera ha sido condenada en los tribunales estos años por vender productos usurarios, ya sea una tarjeta de crédito, un préstamo personal o un microcrédito.
Para luchar contra este abuso surgió la plataforma RECLAMA-REVOLVING, que lleva más de 4 años dedicada a anular contratos de tarjetas revolving y productos similares, recuperando el dinero que se le cobró indebidamente al consumidor, conforme reza su eslogan “recuperamos lo que los bancos te quitan”
El problema aquí va mucho más allá de la usura porque cuando el consumidor que ha contratado uno de estos productos interpone una reclamación – todo el mundo está en su derecho a reclamar lo que sea y más cuando le han vendido un producto ilegal – o deja de pagar una cuota – simplemente porque no tiene dinero, se encuentra con que llaman a su lugar de trabajo o a casa de un familiar preguntando por él o bien recibe amenazas de embargo y todo tipo de mensajes intimidatorios para que pague inmediatamente.
Acosar y amenazar a ciudadanos de a pie, a personas mayores muchas veces, a personas que nunca se han visto en una situación así y que desconocen sus derechos, es algo muy habitual. A RECLAMA-REVOLVING llegan infinidad de casos de personas que sufren este tipo de situaciones y que encuentran en la plataforma la ayuda que necesitan.