La irrupción en el mercado de las nuevas cámaras Sony de cine digital en la década de 2010 hicieron que me replanteara la forma de contar historias. Los nuevos sensores y la posibilidad de combinarlos con una multitud de fabricantes de lentes, a través del uso de adaptadores, ha abierto un nuevo horizonte de posibilidades. Gracias a ellos he podido poder elegir entre multitud de opciones narrativas a la hora de abordar cualquier proyecto, desde el videoclip más discreto a otros mucho más ambiciosos para cadenas nacionales o plataformas internacionales.
Mi experimentación con el uso de la luz natural, rodando en países de todo el mundo, me ha dado la oportunidad de poder arriesgar al máximo en el tratamiento de las bajas luces y exprimir las posibilidades del uso del dual ISO en los equipos Sony FX6 y FX9. Esto, unido a la interpretación de la ciencia del color de SONY, ha hecho que me decante por estas cámaras para la grabación de las cuatro temporadas de la exitosa serie musical “Un país para escucharlo” (TVE), al igual que en las producciones “Caminos del flamenco” (TVE) o “Los Galindos, toda la verdad” (Prime Video), así como el largometraje “La Vida Chipén” (Filmin).
Mis primeros trabajos se remontan a principios de la década de los noventa, cuando las cámaras y los conocimientos aún eran muy limitados. Más de treinta años después, la colaboración con los principales fabricantes de equipos de cine me ha dado acceso a estas herramientas fundamentales para mi crecimiento como director de fotografía. Sus altas prestaciones otorgan confianza plena en los resultados y estabilidad de este material, incluso en las condiciones más adversas, ya sea por las altas temperaturas, o por las inclemencias meteorológicas vividas en mitad de las llanuras heladas de Kazajistán.
En la actualidad acabo de finalizar el rodaje con equipos Sony Cinema Line, de la serie “Pasión y Gloria” (TVE), y los documentales “Gordillo, manual de instrucciones” (Tarkemoto Films) y “Píxel a Píxel” (Tarkemoto Films). En todos los casos, el resultado ha sido espectacular, no solo por el rendimiento de las cámaras, sino también por la colaboración de todo el equipo de cámara, que ha entendido a la perfección mi forma de abordar y arriesgar en cada proyecto.
En los últimos meses, el distribuidor Fotografiarte a través de su división de vídeo profesional Videografiarte, se ha convertido en un colaborador crucial con el que he logrado poner a prueba nuevas e interesantes herramientas audiovisuales, dándome la oportunidad de ampliar mi laboratorio de pruebas, creando nuevas narrativas que puedan ser trasladadas posteriormente al set de rodaje.