Cuidar del cuerpo y de la mente de forma integral se ha convertido en una tendencia a la orden del día. Uno de los ejercicios más populares y que cada vez toma más fuerza, es la práctica del yoga, pues consigue esta unión mediante la respiración. Funciona como un tipo de meditación, pero acompañado de movimientos físicos. Este ejercicio trae múltiples beneficios para la salud, así como reducir el estrés, fortalecer los huesos, aumentar la flexibilidad o tener más energía.
Existen varios tipos de yoga que varían según la intensidad y dificultad de los movimientos. Uno de los más profundos es el Yoga Nidra. Aunque la palabra «nidra» se traduzca como sueño, esta variante del yoga consiste en una relajación profunda y en una conexión con el subconsciente, pero irónicamente estando completamente despierto.
Acerca de la respiración profunda
La práctica del Yoga Nidra consiste en liberarse del ruido mental y conseguir un alto nivel de relajación. La característica principal del ejercicio es hacerlo de forma plenamente consciente, mediante el manejo adecuado de la respiración. Cuando se realiza una respiración profunda, el cuerpo envía al cerebro y demás órganos un mensaje de calma y tranquilidad, por lo que el Yoga Nidra aporta una larga lista de beneficios. Entre ellos, reducir los niveles de estrés y los dolores musculares que se padezcan, mejorar la calidad del sueño, potenciar la capacidad de memoria o mejorar la concentración.
En pocas palabras, el Yoga Nidra es sinónimo de regeneración física y mental, pues el cerebro al estar en un estado total de calma, es más receptivo y trabaja con el objetivo de curar y beneficiar tanto el cuerpo como las actividades cerebrales. Uno de los pasos fundamentales para realizar este tipo de yoga es aprender a respirar pues, aunque es una actividad que se hace de manera natural, si no se hace correctamente puede generar problemas de ansiedad o depresión.
Iniciarse en el mundo del yoga
En este tipo de yoga no importan ni la edad ni la condición física; está al alcance de todo tipo de personas. Basta con encontrar un lugar tranquilo, en silencio y de preferencia oscuro para poder practicarse. Se practica acostado o sentado, así que su esfuerzo es casi nulo, a la vez que aporta múltiples beneficios. Sin embargo, para sus inicios, se recomienda ser guiado por un profesional que permita la conexión real y profunda con el subconsciente.