El campamento de verano en inglés se empieza a preparar con una ilusión deslumbrante cada mes de enero. Con el fin de que los campers se lo pasen mejor, cada año se llevan a cabo reuniones, distribución de tareas para los diferentes equipos, nuevos talleres y nuevas actividades.
Una vez finalizada la organización, falta la última y definitiva reunión con el equipo de monitores y profesores, todos nerviosos y preparados para otra gran aventura. Monika, la directora del campamento de verano en inglés, llegará con parte del staff el día antes para poder organizar todo. «Summer is coming!«, recuerda ella.
Tal y como afirma Monika: «tengo que confesar que, cuando llega tan esperado día, tengo sentimientos encontrados. Por un lado está el entusiasmo, ¡por fin voy a conocer a mis niños! Por otro, la curiosidad, ¿Cómo serán nuestros niños este año? Y en última instancia, el miedo: ¿Se llevarán bien?, ¿Se lo pasarán bien?, ¿Vamos a poder darles una de las mejores experiencias de su vida?
A lo que añade: «ser la directora del campamento y el hecho de convertirme en la «madre» de más de 50 niños durante 2 semanas, es un reto personal y una gran responsabilidad profesional. Para poder asegurar la felicidad de mis niños tengo que anteponer su seguridad, sus necesidades y sus expectativas. Observarlos, conocerlos, escucharlos y hacerles ver que pueden confiar en mí y en todos los monitores. Porque eso sí, un trabajo tan exigente y complejo no lo puede hacer uno solo. Por eso es imprescindible contar con un equipo de monitores responsables, profesionales, bien preparados y que quieran a los niños tanto como su madre».
Acerca del cuidado de los niños, la directora asegura: «como todos bien saben, una madre descansa poco, preocupándose cada día y hora de la semana por sus niños y otros miembros de la familia. Así que intento estar presente en todos los sitios a la vez, asegurándome de que a los niños no les falte nada, que estén bien, pasándoselo fenomenal, que se lleven bien entre ellos, que todos y cada uno participen activamente en las actividades.También me aseguro de que los monitores estén involucrados y ayudando a los chicos a hacer nuevos amigos, aprender nuevas cosas y tener una experiencia inolvidable«.
Después de 6 años como directora del campamento en Formigal afirma que, a pesar de que se trate de un papel muy exigente, es ante todo extremadamente gratificante. Dar a los niños la oportunidad de mejorar su fluidez en inglés escuchando y hablando el idioma durante todo el día; pasar tiempo en la naturaleza y ver paisajes maravillosos; desconectar de la tecnología y olvidarse de ella participando activamente en las actividades; madurar e independizarse; retarse y aprender nuevas habilidades; hacer nuevos amigos y crear relaciones de por vida y sobre todo verlos disfrutar.
Monika concluye: «por eso me gustaría animar a todos los padres que se lo estén pensando a que manden a sus hijos a nuestro campamento de verano y que les den la oportunidad de abrirse a esta nueva experiencia, aprender y crecer junto a nosotros. Y al final, cuando por fin ya todos nos conocemos bien y lo estamos pasando genial, llega el día de la vuelta y todos volvemos a tener sentimientos encontrados. Por un lado, echamos de menos a nuestras familias en casa y queremos verlas y, por otro lado, no queremos separarnos de nuestros nuevos amigos y la nueva familia. Así que, entre lágrimas y abrazos nos decimos adiós con esperanza de vernos el año que viene. Eso sí, nos quedamos con los especiales momentos vividos en el campamento, grabados a fuego en nuestra memoria».