Una publicación de Pediatría Integral indica que los trastornos de ansiedad en la infancia y la adolescencia representan el primer diagnóstico psiquiátrico a estas edades, por encima de la depresión y los trastornos de conducta.
También especifica que existen estudios que demuestran que la incidencia de estos trastornos varían entre un 3 % y un 21 %.
Por ello, la Clínica de la Ansiedad promueve el educar para prevenir la ansiedad en edades tempranas. Los padres y cuidadores tienen la capacidad de reducir el impacto de los acontecimientos esenciales estresantes que experimente el niño, pueden educarlo para potenciar sus recursos personales, promover nuevas vivencias y fomentar hábitos de vida más saludables.
¿Cómo educar para prevenir la ansiedad?
Para educar a un niño sobre la prevención de la ansiedad, en primer lugar, conviene disponer un momento del día en el que él pueda hablar sobre sus preocupaciones, permitiéndole desahogarse y exponer sus dudas y sentimientos, sin forzarlo, juzgarlo o recriminarlo, simplemente escuchando.
Los niños pueden no tener, aún, las herramientas para afrontar adecuadamente situaciones estresantes. Conviene animarle a enfrentar los problemas en lugar de huir de ellos, poniendo en valor los recursos que tiene para hacerlo o, conjuntamente con él, explorar otros posibles. Así, irá mejorando a medida que vaya creciendo y madurando.
Las personas cercanas al niño ejercen como modelos de conducta para ellos. Los niños imitan e interiorizan los comportamientos que observan en su entorno, por lo que hay que ser consciente de las palabras, reacciones y la manera de afrontar las situaciones y su circunstancia.
Potenciar los recursos de los niños mediante la educación
La respuesta de un niño ante una situación que le genere ansiedad dependerá de los recursos que disponga para afrontar dicho problema y de la confianza para aplicarlos. Esto tiene que ver con la autoestima del niño y, en la construcción de la misma, tanto la familia como los amigos tienen una función importante.
La aceptación de los padres hacia el niño juega un papel neurálgico en este proceso. Por lo tanto, es necesario que los papás demuestren el amor hacia él por quién es, no por lo que hace. Del mismo modo, se recomienda mostrar al niño que estarán ahí cuando necesite ayuda, reforzar y potenciar sus habilidades y corregirle cuando haga algo mal, sin caer en insultos u ofensas. También elogiar sus avances por las cosas que hace bien y no caer en la sobreprotección, para así fomentar su autonomía y el desarrollo de sus propias habilidades.
No es fácil educar a los niños, especialmente cuando se trata de temas de salud mental. Clínica de la Ansiedad, centro especializado en el estudio y tratamiento de la ansiedad, dispone de una aplicación móvil con recursos, propuestas de acción para prevenir la ansiedad y mejorar la salud emocional. Si bien está dirigida a adultos, su información y recursos pueden servir de base para la comprensión de la ansiedad y la orientación de acciones educativas al respecto.