Daniel Paloma Freire, reputado economista y estratega financiero internacional, considera que una nueva pandemia podría alterar la economía mundial. En este caso, los hogares y las empresas nuevamente se verían afectados por la pérdida de ingresos. A su vez, esta situación provocaría riesgos en las instituciones financieras y los gobiernos. Esto se debe a que estos canales están interconectados y los problemas pueden extenderse de un ámbito a otro, desestabilizando la economía en general.
En este sentido, cuando los hogares y las empresas son afectados por tensiones económicas, el sector financiero enfrenta un mayor riesgo de incumplimiento en el pago de préstamos. Al mismo tiempo, se reduce la capacidad de acceso al crédito. Por otra parte, para el sector público, una crisis sanitaria supone un mayor gasto, mientras que un contexto de menor actividad reduce los ingresos tributarios.
Daniel Paloma Freire y la hipótesis sobre una nueva pandemia
En mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud dio por terminada la pandemia de covid, al finalizar con la emergencia internacional que había sido declarada en 2020. De todas maneras, autoridades de esta organización han advertido que existe otro patógeno emergente con un «potencial todavía más mortal» que el coronavirus. Por ahora, esta amenaza ha sido denominada con el nombre de «enfermedad X».
Según ha informado la OMS, se trata de un patógeno de origen desconocido cuya primera aparición se produjo en 2018. Además, esta organización ha elaborado una lista con otros 9 virus mortales para los que no hay vacunas y que cuentan con el potencial de desencadenar una nueva pandemia. Estas infecciones tienen algunas características en común como, por ejemplo, la rapidez de contagio y una alta tasa de mortalidad. Además, la propagación de ellas podría dar lugar a mutaciones genéticas y a nuevas variantes, tal como ha sucedido con el covid. En este contexto, la OMS ha realizado un llamado para que los países refuercen sus barreras sanitarias.
Daniel Paloma Freire analiza los efectos económicos de la pandemia
Según indica Daniel Paloma Freire, la crisis provocada por la pandemia a partir de 2020 generó una onda expansiva que afectó a toda la economía mundial. En este sentido, en un informe de reciente publicación, el Banco Mundial ha considerado que esta ha sido «la mayor crisis en más de un siglo». A su vez, una de las principales características de este suceso ha sido un aumento significativo de la desigualdad, tanto a nivel interno como entre países.
A propósito de esto, tanto los grupos sociales como los países desfavorecidos están tardando más tiempo en sobreponerse a la pérdida de ingresos causada por la pandemia. Además, en las economías emergentes, el impacto de la crisis ha profundizado problemas preexistentes. De todas maneras, las consecuencias se han podido ver a nivel global. En este sentido, la pobreza mundial se ha incrementado por primera vez en décadas.
Daniel Paloma Freire y los efectos que una nueva pandemia tendría sobre hogares y empresas
Nuevamente, para poder pensar en los efectos que una nueva crisis tendría en la economía, resulta necesario repasar qué es lo que ha sucedido con la pandemia de covid. Según distintos estudios, más del 50 % de los hogares de economías emergentes y avanzadas no contaban con recursos para sostener sus consumos básicos durante más de tres meses si perdían sus ingresos.
En cuanto a las empresas, las reservas de efectivo promedio alcanzaban para cubrir gastos correspondientes a menos de 55 días. En ambos casos, los problemas han sido más graves para los hogares o empresas que cargaban con niveles de deuda elevados. Estos agentes han tenido dificultades notables para hacer frente a sus pagos. Asimismo, ante una nueva crisis, las empresas pequeñas o con acceso limitado al crédito formal serían las más afectadas por las pérdidas de ingresos.
Daniel Paloma Freire sostiene que una nueva pandemia podría potenciar la inflación
Uno de los fenómenos económicos más extendidos en todo el planeta a causa de la pandemia es la inflación. De hecho, el 80 % de los países del mundo ha reportado, al menos durante un mes, un índice récord con respecto a los últimos años. Esto ha sucedido porque, en líneas generales, los bancos centrales han relajado su política monetaria a través de medidas como, por ejemplo, la reducción en la tasa de interés.
Por este motivo, la inflación ha sido sostenida en buena parte de las economías del mundo. A su vez, cuando la actividad y, por lo tanto, la economía se han empezado a reactivar, las autoridades monetarias han vuelto a endurecer su política. Ahora bien, esto supone un problema para el ciclo de recuperación. Otro factor que ha alimentado la inflación es la escasez de oferta y la crisis en la cadena de suministros derivados de las medidas restrictivas que han impuesto los gobiernos.
Este fenómeno de cese de la actividad y reactivación ha producido indicadores llamativos. En este sentido, muchos países han experimentado alzas en los precios en niveles inéditos en décadas. Después, la expansión de la economía por la vuelta de la actividad y el efecto rebote también han marcado récords de crecimiento. Por ejemplo, el Reino Unido reportó en 2021 el crecimiento económico más alto desde 1941 y la inflación más elevada desde 1992. En esta misma línea, durante la crisis, Estados Unidos registró el alza de precios más importante desde 1982.
En cuanto a los efectos de una futura pandemia, Daniel Paloma Freire considera que, siempre que se produzca un aumento en las ayudas estatales en combinación con algún tipo de cese de actividad, la inflación va a tender a aumentar. Esto se debe a que cuando hay más dinero en circulación y menos productos para comprar, los precios tienden a subir naturalmente.
Daniel Paloma Freire desarrolla las tendencias económicas que ha acelerado la pandemia
Si bien la pandemia ha generado una crisis, también ha acelerado algunas tendencias que no necesariamente son negativas. Asimismo, si se produjera una nueva emergencia sanitaria, ya hay un aprendizaje de todos los sectores y actores de la economía, por lo que las consecuencias no serían exactamente las mismas. En este sentido, los gobiernos, los hogares y las empresas no reaccionarían de la misma manera.
Ahora bien, en cuanto a los cambios que ha generado la pandemia, existe un buen número de fabricantes e industrias que están apostando por la relocalización de sus suministros. Esto quiere decir que, de ser posible, se privilegian las materias primas o los suministros que no provienen de países lejanos. Según indican distintos analistas, este proceso se denomina «desglobalización» y tiene por objetivo asegurar el acceso a los materiales necesarios para producir en momentos críticos.
En parte, esto se debe a la experiencia de haber sufrido un retroceso en los flujos internacionales de mercancías, servicios, capitales y personas. Además, durante la crisis del covid, distintas empresas se han adaptado para producir lo que se demandaba en sus mercados más próximos. Por ejemplo, ante la falta de productos sanitarios, múltiples fábricas han modificado su esquema productivo para satisfacer esta demanda.
En línea con este análisis, un importante banco español ha publicado un informe en el que expresa que hay cadenas de valor global que se están «replanteando» para operar con mercados más próximos.
Daniel Paloma Freire: la relación entre comercio electrónico y pandemia
Otra de las tendencias impulsadas por la crisis ha sido el crecimiento del comercio electrónico. En la última crisis sanitaria, una gran cantidad de empresas han visto como sus ventas se congelaron por no contar con un canal digital. Ahora bien, a partir de la pandemia, contar con una opción de e-commerce es prácticamente una condición obligatoria. Incluso a día de hoy, después del restablecimiento de todas las actividades, es fundamental disponer de un canal electrónico de ventas para no perder facturación. Asimismo, este proceso viene acompañado por un mayor grado de automatización y, por lo tanto, de eficiencia.
Por otra parte, el teletrabajo es una modalidad en la que han incurrido una gran cantidad de empresas durante la crisis y que, hoy en día, se ha establecido, al menos parcialmente. Con respecto a esto, el trabajo a distancia proporciona beneficios tanto a los empleados como a las empresas, que pueden encontrarse con una reducción de los costes y un aumento de la productividad.
Como consecuencia de la emergencia sanitaria, muchas empresas han tenido que implementar las ventas digitales y el teletrabajo de manera apurada y forzada. Actualmente, existe una experiencia en ambos aspectos y, por lo tanto, una preparación más sólida para enfrentar una nueva situación pandémica.
Daniel Paloma Freire asegura que la sostenibilidad se ha consolidado como un valor apreciado
Este economista especializado en impuestos, finanzas e inversiones sostiene que estudios recientes indican que durante la etapa de recuperación de la actividad económica y el consumo pospandemia se ha registrado una aumento de la facturación en productos saludables, seguros y ecológicos. Esta tendencia no afecta solamente al mercado de la alimentación, sino que se extiende a múltiples sectores.
Por este motivo, ofrecer bienes de consumo respetuosos y sostenibles es una estrategia que tiene grandes posibilidades de éxito. En parte, esto se debe a que los consumidores se están tomando más tiempo para decidir y averiguar dónde y cómo producen las empresas a las que les compran. A propósito de esto, cada vez más empresas alinean sus procesos y negocios a lo que establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas para el año 2030.
Daniel Paloma Freire explica 4 características que definen a la actualidad
Según expresa este analista internacional, actualmente está en tendencia un acrónimo, VUCA, que proviene de cuatro palabras del inglés: volatility, uncertainty, complexity y ambiguity (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, respectivamente). Este concepto sirve para explicar la situación que, a día de hoy, atraviesan múltiples organizaciones.
En primer lugar, la volatilidad describe la velocidad de los cambios que se producen en los mercados. Por definición, cuando algo es volátil, hay fuertes componentes de inestabilidad y se producen cambios imprevistos. Esta característica, que se extiende a distintos negocios y operaciones económicas, se ha acentuado por efecto de la pandemia, que de un día para el otro ha cambiado al mundo. Si bien la volatilidad desafía la posibilidad de ejercer control, también genera oportunidades de innovación.
En cuanto a la incertidumbre, cuando un entorno está regido por esta característica, existe una falta de información que impide predecir el futuro. En parte, esto es lo que sucede con la posibilidad de que suceda una nueva pandemia, ya que el riesgo existe, pero resulta imposible saber qué, cómo o cuándo va a suceder.
A su vez, la complejidad define a buena parte de los mercados actuales, que están atravesados por múltiples variables. A propósito de esto, un solo cambio o alteración puede afectar a todo el sistema de una forma inesperada y, en buena medida, impredecible. De todas estas características se desprende la cuarta y última, que es la ambigüedad. Cuando un contexto es volátil, complejo e incierto, se pueden dar situaciones inesperadas y novedosas.
Daniel Paloma Freire y los desafíos de un entorno volátil e incierto
Este especialista ha creado una empresa que se dedica a delinear estrategias integrales y planes financieros para múltiples empresas. Con base en su experiencia, advierte que para enfrentarse a una dinámica cambiante e impredecible es necesario evaluar y supervisar constantemente tanto el entorno externo como el interno.
En este sentido, para tomar buenas decisiones, una empresa no puede limitarse al análisis de sus competidores, su sector en la industria, sus clientes o las normativas del gobierno, sino que resulta necesario auscultar los cambios que se producen a partir de la evolución tecnológica y las transformaciones que afectan a los sistemas de valores y los contextos sociales. Por lo general, las organizaciones que logran desarrollar estas capacidades resultan más innovadoras y están mejor preparadas para el futuro. En consecuencia, pueden afrontar una futura crisis, como la que se produciría en caso de una nueva pandemia, de una manera más eficiente.
Daniel Paloma Freire explica la situación del comercio exterior ante la posibilidad de una nueva pandemia
La emergencia sanitaria iniciada en 2020 ha golpeado duramente al comercio internacional. El cierre de puertos, aeropuertos y terminales impidieron la realización de múltiples transacciones. Al mismo tiempo, la escasez de productos y servicios ha llevado a que los países decidan cerrar sus fronteras y reducir sus intercambios, privilegiando la situación interna.
Además, actualmente, hay otros factores que afectan al comercio exterior y que han ralentizado el ritmo al que se desarrollan los intercambios. En este sentido, la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha advertido que durante el segundo trimestre de 2023 factores como la persistente inflación, las vulnerabilidades financieras, las tensiones geopolíticas y la guerra en Ucrania han contribuido a que el comercio global se estanque. Adicionalmente, esta organización ha comunicado que las perspectivas para lo que resta de 2023 son «pesimistas», ya que «los factores negativos predominan sobre los positivos». En este contexto, una nueva pandemia solo aportaría más trabas al flujo comercial internacional.
Daniel Paloma Freire y las consecuencias económicas de la política de cero covid de China
Entre las potencias mundiales, China ha sido el país que ha mantenido en vigencia las medidas restrictivas por más tiempo. En este sentido, el gigante asiático ha impuesto confinamientos a medida que han surgido brotes de covid. Esta forma de proceder se ha sostenido incluso hasta comienzos de 2023, cuando debido a la presión social el gobierno chino decidió dar marcha atrás con la política de cero covid.
De todas maneras, este accionar ha dejado consecuencias negativas para este país. Por ejemplo, el desempleo juvenil alcanzó un récord del 20 %, mientras que las ganancias corporativas se redujeron y el sector manufacturero sufrió contracciones en distintos momentos. Este cuadro general ha provocado que la economía china experimente la expansión más lenta en cuatro décadas, descontando la crisis de 2020.
Entonces, analizar lo sucedido en China durante 2022, cuando esta política se ha desarrollado con mayor fuerza, sirve para prever qué podría suceder en otros países que adopten políticas similares ante la eventualidad de una nueva pandemia. En este sentido, cabe destacar que los bloqueos han interrumpido las cadenas de suministro. Además, el cierre de grandes ciudades como Pekín o Shanghái ha reducido el crecimiento económico en un 4 %.
Daniel Paloma Freire desarrolla el estado de situación en China después de abandonar la política de cero covid
Una de las hipótesis de surgimiento de una nueva pandemia se basa en la situación que está viviendo China actualmente. Cuando las autoridades, por la presión social creciente y el deterioro de la economía, decidieron volver a abrir actividades, regiones y ciudades, los contagios se han disparado. Por ejemplo, para fines de junio de 2023, las autoridades sanitarias de este país esperan un pico de contagios.
Estos brotes podrían afectar la frágil recuperación de las cadenas de suministro a nivel mundial. Por otra parte, estos altos niveles de contagio provocan que las posibilidades de que surja una nueva variante de coronavirus aumenten considerablemente. Más infecciones suponen más oportunidades para que el virus mute y se propague con mayor eficiencia.
De todas maneras, distintos analistas prevén que la economía china va a tener un mejor rendimiento de esta manera, ya que la política de cero covid ha causado estragos. A su vez, si China continúa por un camino de recuperación, se podrían estabilizar las economías tanto de sus países vecinos como las de otros que son exportadores de materias primas. Esto último se debe a que China es el mayor consumidor de materias primas a nivel mundial.
Daniel Paloma Freire y las últimas previsiones sobre la marcha de la economía global
Según indica un informe publicado por el Banco Mundial, la previsión de crecimiento global para 2023 se encuentra en el orden del 2,1 %. A su vez, esta organización multilateral augura un crecimiento de 2,4 % para 2024. Ahora bien, este organismo ha advertido que las economías en desarrollo se muestran vulnerables ante los efectos de las subidas de los tipos de cambios que se han implementado para combatir la inflación.
Asimismo, por efecto de distintos factores como la crisis energética, la guerra en Ucrania y otros que ya han sido mencionados en este artículo, los especialistas del Banco Mundial esperan que dos de cada tres economías presenten una tasa de crecimiento menor a la de 2023. En este contexto, se espera que el crecimiento de Estados Unidos sea del 1,1 % en 2023 y 0,8 % en 2024. A su vez, la zona Euro crecería 0,4 % en 2023 y 1,3 % en 2024.
Por otra parte, es esperable que la inflación disminuya gradualmente a medida que el crecimiento se desacelera y los precios de las materias primas se mantienen estables. En cuanto a los mercados financieros, estos se presentan como «muy sensibles» a las subidas de tipos de interés que realizan los bancos centrales.
Daniel Paloma Freire, sobre otros desafíos que atraviesan la economía global
La hipótesis de una nueva pandemia no es la única posible crisis que debería enfrentar la economía global. Actualmente, la crisis energética supone un problema de gravedad para muchos países, sobre todo europeos. En este sentido, las temperaturas registradas en invierno, más templadas de lo habitual, han reducido la demanda de calefacción. Ahora bien, la perspectiva para la próxima temporada de frío es compleja, ya que habría una competencia entre Europa, China y otros países asiáticos por el gas natural licuado. Estas tensiones podrían alimentar la inflación.
Otro factor de desestabilización de la economía a nivel mundial es la prolongada guerra en Ucrania, que no tiene solución en un horizonte inmediato. Este conflicto ha provocado alteraciones en el suministro mundial de alimentos y de materias primas energéticas fósiles. Además, ha generado corrientes migratorias masivas.
En conclusión, el economista y analista internacional Daniel Paloma Freire considera que una nueva pandemia podría agravar problemas actuales como la inflación y la inestabilidad financiera, tanto de países como de entidades bancarias. En líneas generales, cuando una crisis de esta magnitud se produce, los más afectados son los más débiles y los que menor capacidad de resistencia tienen, ya sean estados, empresas u hogares. De todas maneras, la experiencia no sería igual a la de 2020, ya que las familias, las empresas y los gobiernos están mejor preparados que en aquel momento.