El tratamiento Shine Brows es la evolución en el área de la micropigmentación y uno de los más innovadores y efectivos para recuperar la naturalidad de la mirada.
Especialista en embellecer miradas, Vanessa ha creado una técnica y manera de cuidar las cejas que no requiere tatuarlas para que duren una vida. Tiene claro que la naturalidad y durabilidad no son palabras compatibles y por eso ha creado con mucho estudio y experiencia un protocolo que está revolucionando el mercado de la micropigmentación.
En su primera consulta suele explicar al cliente que su técnica es un tratamiento y no un tatuaje con resultado supermarcado y artificial. La micropigmentación que ha generado mucho miedo y rechazo a las técnicas semipermanentes por parte del público que busca la naturalidad. “Lo que busco es dar vida a la mirada, y no pegar dos pegatinas arriba de los ojos que acaben con ella”, explica.
Vanessa nada más hace que recuperar el diseño natural de las cejas que ya existe, pero que ha sufrido con el exceso de depilación o que está perdiendo la forma con la pérdida natural de los pelos que ocurre con el paso del tiempo y/o generada por alguna enfermedad.
Primero se hace el diagnóstico de las cejas, donde revisa las fotos de cómo eran las cejas de cada persona, analiza los cambios por los que han pasado los rostros y crea el diseño perfecto para equilibrar las facciones y realzar la mirada.
El segundo paso es hacer el análisis del folículo piloso y entender si será posible conseguir buenos resultados estimulando el crecimiento de nuevos pelos con la técnica, también creada por ella, Brow Growth, antes de hacer el microblading.
Una vez definido el protocolo que será hecho, es hora de crear las Shine Brows.
Es muy importante seguir mimando las cejas en casa y hacer el mantenimiento mensual en el atelier para quitar los pelos nuevos que nazcan fuera de diseño.
Cada cierto tiempo hay que repasar el microblading. Los retoques pueden ser de tres, seis, nueve y doce meses. Los factores que dictan la periodicidad de los retoques son: la piel (que retenga mejor el pigmento), los cuidados (aplicar protector solar) y los hábitos (una persona que frecuente a diario la piscina, por ejemplo, suele necesitar retoques más a menudo).
La idea es hacer cuatro veces al año pequeños repasos de microblading para estimular el crecimiento de nuevos pelos e ir recuperando la ceja original de cada persona. De manera que con el tiempo vuelva a tener más pelos naturales que dibujados con el tebori.
Y sí que es posible lograrlo, afirma Vanessa. Basta tener paciencia y seguir pautas de cuidados especiales para esa zona del rostro que incluye exfoliación, hidratación y hasta aplicación de principios activos especiales.
El público objetivo son todas las personas que están insatisfechas con la micropigmentación y tienen verdadero pánico a quedarse como Groucho Marx. Que quieren rescatar la personalidad de sus cejas con naturalidad y empoderarse.
Su atelier en Coruña es uno de los más completos de España en servicios para las cejas y el cuidado de la mirada. Y recibe cada vez más personas de toda Europa para crear sus Shine Brows.