La empresa vasca Jolas apuesta por el empleo de materiales ecológicos en sus soluciones para parques infantiles y mobiliario urbano. Desde que iniciaron este nuevo proyecto innovador en el 2017, ha alcanzado la cifra de 350.000 kilos de plástico reciclado, que ha sido utilizado en diferentes áreas lúdicas y espacios públicos del estado. Estos parques infantiles innovadores y sostenibles cuentan con la certificación estatal y europea vigente.
La empresa apuesta por la economía circular, dando un nuevo uso a los productos del contenedor amarillo. Los parques infantiles de plástico reciclado se fabrican con lo que proviene de esos residuos de envases plásticos. Y a su vez son reciclables, posibilitando que sea un producto imperecedero.
El proceso consta de varias fases; una vez recogido el residuo plástico de los contenedores amarillos por un gestor de residuos, los envases de plástico se separan, trituran y se convierten en pequeñas porciones de plástico comprimido. Con ellas se generarán los perfiles con formas, tamaños y grosores diferentes. Estos posibilitaran el posterior diseño y fabricación de juegos, circuitos de gimnasia o mobiliario urbano. “La empresa que fabrica los perfiles cuenta con mas de 2000 referencias, que pueden ser utilizadas no solo para hacer parques infantiles sino también para la construcción, la jardinería o la industria”, comenta Iñigo Isasti, director comercial de la firma.
Entre las ventajas de este material destaca la durabilidad. Además de que es más ecológico y resistente, también tiene una larga vida útil (20 años de garantía) y requiere de poco mantenimiento. “El plástico reciclado es un residuo convertido en materia prima muy práctico y con múltiples usos para distintos sectores. Así, se evita que terminen en los vertederos o en las incineradoras. El plástico tiene muy mala fama en estos días que pensamos en verde, pero el problema no es el plástico, sino la mala o pobre gestión de los residuos de plástico que se generan”, añade Isasti.
En un parque infantil de plástico reciclado se pueden utilizar desde 300 hasta 1300 kilos de este material, dependiendo de sus dimensiones. Han realizado varios proyectos de mobiliario urbano y parques infantiles en diferentes puntos del estado. Por ejemplo, un vallado en Galicia de 2500 m en el que han utilizado 44000 kilos.
Su idea es crecer en el exterior y ya tienen varios pedidos en Portugal y Francia. Miran con optimismo al futuro y ven muchas oportunidades para este material en otros sectores. “Nuestra filosofía está alineada con las ideas de avanzar en la economía circular de las administraciones y vemos un interés creciente en esta materia” concluye Isasti.
Fuente: Servicios Periodísticos