El contexto empresarial actual demanda rapidez y eficiencia, por lo que las empresas necesitan optimizar la formación de sus empleados para mantenerse competitivas.
En este contexto, el especialista en comunicación Sebastián Lora propone aplicar el concepto de embudo de marketing para actualizar conocimientos. El objetivo de esta técnica es aprovechar todos los beneficios que proporciona la formación y maximizar el retorno de inversión.
¿Cómo se aplica la idea de embudo de marketing en el ámbito formativo?
El embudo de marketing es una metodología que tiene como principal propósito atraer a clientes potenciales para convertirlos en usuarios fieles. Con su uso, se busca obtener el máximo rendimiento posible a los recursos disponibles, de manera que la captación de leads sea más rentable.
Como explica Sebastián en este caso de estudio, este concepto también puede ser aplicado en el área de formación y desarrollo de las corporaciones, rentabilizando al máximo el presupuesto destinado a la capacitación de los trabajadores. En este ámbito, el embudo organiza el proceso de comunicación de la formación en fases.
En primera instancia, se busca identificar a los empleados que muestran mayor interés y motivación, por medio de una invitación en video para participar en un webinar (o presentación virtual en vivo). Este webinar busca aportar mucho valor para lograr que las personas se queden hasta el final de la charla. Después, se les presenta una formación intensiva con plazas muy limitadas y se invita a las personas presentes a concursar por una de dichas plazas.
Con esta segmentación, las empresas pueden asegurarse de que los recursos son destinados a quienes están realmente dispuestos a desarrollar nuevas habilidades y ponerlas en práctica inmediatamente. De esta manera, se garantiza la obtención de resultados efectivos y medibles.
Un método que implementan grandes compañías
Recientemente, clientes de este especialista como, por ejemplo, Vodafone han implementado este método para lanzar sus formaciones en habilidades de comunicación, obteniendo resultados que no habían visto antes. En palabras de Raquel Montesinos, responsable de formación, «en el equipo de formación de Vodafone España somos unos absolutos fans convencidos de Sebastián porque estamos viendo en los comentarios de satisfacción de sus sesiones cosas que nunca habíamos visto antes. Sobre todo, su capacidad de hacer que la gente sienta que sus sesiones aportan un valor inmediato a su día a día».
Tras la pandemia, la empresa se vio en la necesidad de capacitar a sus trabajadores con las habilidades necesarias para conectar con los clientes por medio de una pantalla y comunicarse de forma efectiva. Entonces, Sebastián Lora sirvió como guía en este proyecto, diseñando un proceso de cinco fases para atraer a los trabajadores más motivados y, así, llevarlos a través de un programa formativo híbrido. En principio, se invitó a 227 personas a participar y, finalmente, solo 48 consiguieron llegar a la fase final y acceder al taller.
Con la empresa Cuatrecasas ocurrió algo similar. Después de la crisis sanitaria, esta compañía se vio ante la necesidad de proporcionar nuevas herramientas a sus empleados para que aprendieran a atender a los clientes y cerrar negocios a distancia. Después de realizar el embudo de marketing, de 575 invitados, 37 pudieron participar en una formación intensiva con Sebastián Lora para aprender a comunicarse con éxito a través de la pantalla.
Mediante esta metodología, no solo se rentabiliza el presupuesto de formación, sino que también se optimiza el aprendizaje, asegurando que solo los empleados más preparados participen en el programa y luego se conviertan en embajadores de este. Esto consigue un retorno de la inversión muy superior a las formaciones tradicionales.
En conclusión, la aplicación del concepto de embudo de marketing en la formación interna de las empresas es una estrategia efectiva para aprovechar al máximo los recursos disponibles. En particular, Sebastián Lora ha demostrado a través de su trabajo con distintos clientes que esta metodología puede ser clave para optimizar la capacitación de empleados. En todos los casos, solo los más motivados y comprometidos participan en el programa formativo.