La facturación electrónica en 2026; el reto un software certificado por Verifactu

La próxima implantación obligatoria de Verifactu, el sistema aprobado por la Agencia Tributaria para garantizar la integridad y trazabilidad de las facturas, a lo largo de 2026 marca un cambio en la forma en que autónomos, pymes y grandes empresas deberán gestionar su facturación.

El nuevo marco normativo busca reforzar la transparencia y el control fiscal en todas las operaciones comerciales, evitando fraudes y manipulaciones en los documentos contables. 

Desde mediados de este año ya es obligatorio que los programas de facturación garanticen que las facturas no puedan ser alteradas y que sean enviadas de manera inmediata a la Agencia Tributaria y será a lo largo de 2026 cuando sean empresas y autónomos los que deban aplicarlo a través de su facturación.

Para cumplir con estas obligaciones legales, es clave que las empresas se hagan con soluciones tecnológicas que integren tanto la emisión de facturas electrónicas como la automatización de procesos contables y financieros y que cumplan con los más altos estándares de seguridad. 

FinanEDI es uno de estos softwares de facturación 360 que ya ha sido certificado con Verifactu y que es capaz de ofrecer una gestión integral de todo el ciclo de facturación de la empresa, asegurando, sobre todo, la plena validez legal de los documentos emitidos.

“Es necesario ofrecer a las empresas una solución que les permita agilizar este nuevo proceso. En el caso de FinanEDI permite crear e intercambiar facturas electrónicas personalizadas e intercambiar documentos comerciales mediante la tecnología EDI, dejando ya a un lado el mail y minimizando así el error o fraude. Además, automatiza las tareas contables y, gracias a sus colaboradores, permite acceder a una financiación de facturas sin que afecte al CIRBE” explican desde la empresa desarrolladora del software.

Cumplimiento normativo y digitalización empresarial para 2026

La adaptación a Verifactu no solo supone un cumplimiento normativo, sino también un cambio en la cultura empresarial: obliga a digitalizar procesos, reducir el margen de error humano y reforzar la trazabilidad documental. 

Esto implica que autónomos, pymes y despachos profesionales deben prepararse para una transición tecnológica que será obligatoria y que cambiará para siempre la forma en que se relacionan con la Administración Tributaria.

Con esta medida, Hacienda busca avanzar hacia un sistema de mayor control donde digitalización, trazabilidad y fiscalización irán de la mano.

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