Tras un inicial período de afianzamiento, a lo largo del pasado año y de lo que va del presente, la Fundación del Patrimonio Ferroviario, de carácter privado y con sede en Madrid, ha consolidado su presencia y su actuación en el terreno cultural al que pertenece.
Tras unas primeras alianzas estratégicas con algunas grandes corporaciones del país, hoy por hoy se mueven ya en el ámbito de la Fundación empresas como EXOLUM (anterior CLH, sucesora de la histórica CAMPSA), Cementos Portland, ERCROS, Saint Gobain, Ilunión (Grupo ONCE), etc.
La Fundación está presidida por Rafael Fernández de Córdova y Esteban, VI marqués de Mendigorría, presidencia que encierra un gran simbolismo por cuanto su antepasado directo, Fernando Fernández de Córdova y Valcárcel (II marqués de Mendigorría), a la sazón capitán general de Cataluña, fue quien inauguró en 1848 el primer ferrocarril peninsular entre Barcelona y Mataró.
Tras la simbólica legitimidad que le otorga la citada presidencia, figura también como vicepresidente de la entidad José Miguel Fernández Sastrón, conocido empresario y compositor, expresidente de la SGAE, y muy conocido popularmente por su matrimonio con Simoneta Gómez-Acebo, hija de la infanta Pilar de Borbón.
Esta entidad privada tiene como objeto social, a modo de lo que ocurre en el resto de Europa, la preservación y puesta en valor del patrimonio histórico en el ámbito del ferrocarril. Un patrimonio que procede de la que ha sido la rica y dilatada evolución histórica de España en este campo a lo largo de más de 150 años.
Así pues, el objetivo de la entidad se orienta al rescate, restauración y puesta a disposición del conjunto de la sociedad española de todo aquello que, por su importancia, significación y representatividad, merezca ser conservado y transmitido a las generaciones venideras. Entre ello, claro está, antiguas locomotoras (como, por ejemplo, las de vapor), coches de viajeros (fundamentalmente de caja de madera) y vagones de mercancías (de las más variadas tipologías). En definitiva, el tipo de material que durante más de un siglo surcó diariamente las diferentes líneas férreas de este país.
A pesar del poco tiempo trascurrido desde el inicio de sus actividades, la Fundación del Patrimonio Ferroviario ha logrado ya rescatar un gran número de locomotoras y otros vehículos remolcados que se encontraban en mal estado o amenazados con desaparecer, algunos de los cuales han sido ya, incluso, restaurados y otros se encuentran actualmente en proceso de restauración.
Su presencia ha hecho también posible que algunas grandes empresas pudieran acometer con éxito una ambiciosa política de rescate de su propio patrimonio corporativo, recuperando y disponiendo para su exhibición pública muchos de sus elementos históricos. Tal ha sido el caso de EXOLUM, a quien la Fundación ha auxiliado decisivamente en el proceso de restauración y puesta en valor de locomotoras y vagones de la antigua CAMPSA, destinados a formar parte de su exposición corporativa.
Esta nueva entidad cultural se encuentra actualmente concretando otros apoyos empresariales, así como cerrando diversos tratos para el rescate de nuevos vehículos ferroviarios de alto valor patrimonial e histórico. Los detalles sobre su filosofía y sus actividades pueden seguirse públicamente a través de su sitio web.