Como se recordará, por parte de la Fundación del Patrimonio Ferroviario fue preservada de forma reciente la locomotora diésel, de cuatro ejes, construida por Baldwin Lima Hamilton, de Philadelphia (U.S.A.), en el año 1954, con el número de fábrica 61268. Locomotora que había prestado servicio desde la década de 1950 en las bases militares estadounidenses de España.
Pertenece a un tipo de locomotora (las RS4TC), popularmente conocidas como Whithcomb, profusamente construido en EE.UU., bajo diferentes variantes, con destino al ejército norteamericano tras la II Guerra Mundial. Su uso, sin embargo, no solo tuvo lugar en su país de origen (EEUU), sino que muchas de estas máquinas se emplearon en otros países, siempre en el arrastre y removido de material ferroviario vinculado a instalaciones militares estadounidenses.
La locomotora preservada en este caso ha sido la número 4038 (única que vino a España), la cual prestó servicio durante muchos años en las bases militares de utilización conjunta de Morón de la Frontera (Sevilla) y Rota (Cádiz), además de efectuar diversos desplazamientos por varias zonas de la península.
Tras su reciente preservación a finales del pasado año, la misma fue conducida a talleres mediante una compleja operación de transporte y al día de hoy se han iniciado ya sus labores de restauración. Restauración que, como en el caso de la totalidad del material que gestiona la Fundación del Patrimonio Ferroviario está destinada a devolver la locomotora a su completa operatividad funcional, a fin de que pueda retornar a la vida activa.
Por lo pronto, la máquina ha sido objeto durante este tiempo de una profunda labor de limpieza y saneamiento, habiendo sido desmontados ya muchos de sus componentes, que requieren de un tratamiento específico de recomposición o que deben ser sustituidos por otros, igualmente originales.
Especial atención requiere el motor diésel con que va equipada. El mismo está siendo actualmente objeto de todo tipo de análisis y de las primeras actuaciones de puesta a punto.
Desgraciadamente, el hecho de que esta singular pieza del patrimonio histórico ferroviario permaneciera expuesta a la intemperie durante muchos de los últimos años, conlleva que presente unos importantes deterioros que harán necesarias intervenciones de gran calado. No obstante, la buena marcha con que vienen desarrollándose los trabajos hace pensar que su conclusión no se demorará excesivamente.
Tales intervenciones se hallan bajo responsabilidad de la Sociedad Española de Actuaciones Mecánicas, empresa especializada en la restauración de material histórico de ferrocarriles, la cual goza de toda la confianza de la Fundación del Patrimonio Ferroviario.