Si una persona necesita una ayuda más grande que una casa, no debe desesperar, ya que en La Casa del TFG podrá encontrar soluciones eficaces.
Los orígenes de La Casa del TFG hay que buscarlos en la empresa privada, porque empezaron (con otro nombre) haciendo informes comerciales, presentaciones, póster para convenciones, traducciones, etc.
Sin embargo, hace más de 10 años, se presentó una nueva oportunidad de negocio, ayudar a estudiantes con sus trabajos académicos. Este enfoque nació a raíz de los múltiples problemas que enfrentaban los jóvenes, entre los cuales destacan que no tenían tiempo, se ponían delante de un papel en blanco y no eran capaces de arrancar o casos en que lo intentaban de primeras, pero después de suspender decidían recurrir a La Casa del TFG.
En ese sentido, nadie les ayudaba, ni les orientaba en su escuela o universidad y solicitaban tutorías privadas, para tener una especie de guía didáctica que poder consultar a medida que iban haciendo su propio trabajo. Además, otro de los inconvenientes más destacados era que había que darle al texto el estilo y formato que les exigían, así como citar y referenciar correctamente, algo que se tornaba casi misión imposible para algunas personas.
Dentro de este contexto también se destacan los estudiantes Erasmus, quienes tenían problemas con el idioma al ser alumnos extranjeros y solicitaban una corrección del texto antes de entregarlo.
En muchas ocasiones, muchos alumnos después de hacer su trabajo, querían saber el % plagio que tenía, para estar seguros de que el documento tenía el % estipulado por la universidad. Otras personas recurrían a La Casa del TFG simplemente para solicitar un PowerPoint atractivo para el día de la presentación o buscando ayuda para algún apartado en concreto.
Entre los perfiles de los demandantes, se pueden encontrar personas tan diversas como los motivos: personas que estudiaban y trabajaban, personas que trabajaban, estudiaban y tenían que atender una familia, estudiantes extranjeros con problemas de idioma, o personas que tenían que aprobar sí o sí un TFG o un TFM para poder presentarse a unas oposiciones.
Además, también recurren a La Casa del TFG personas que nunca han estudiado una carrera y en su empresa les apuntaban a un máster, el cual si no lo aprobaban les tocaba pagarlo de su bolsillo, también padres que quieren ayudar a sus hijos y necesitaban una guía de referencia y consulta, o padres que veían como sus hijos no eran capaces de rematar el proyecto que un día empezaron.
Desde la empresa, también hacen hincapié en la honradez y legalidad de su actividad. Cuando alguien tiene problemas y necesita ayuda, hay dos posibilidades: o recurre a su entorno más cercano, donde por desgracia en la inmensa mayoría de los casos es difícil que puedan ayudar (bien porque no saben o no tienen tiempo), o busca ayuda profesional.
Y por ese motivo, la reflexión que lanza José Luis Serrano, uno de los fundadores de la empresa, es la siguiente: «Si por ejemplo un padre, una madre, un amigo, etc., presta ayuda es perfectamente comprensible, humano y hasta entrañable. Pero, ¿por qué si se recurre a una empresa ha de estar mal visto?»
En La Casa del TFG recalcan que ellos solamente ayudan, no suplantan identidades de alumnos, ni hacen exámenes por ellos, ni defienden los trabajos ante un tribunal. Además, por lo general, atienden a personas que quieren colaborar activamente en la realización de su proyecto.
Por eso, si se necesita ayuda, se puede contactar con ellos porque ofrecen una buena relación calidad/precio, su garantía de satisfacción y la experiencia de La Casa del TFG.