La nueva tendencia en moda y decoración aboga por la adquisición de productos hechos a mano de mayor calidad y durabilidad, en aras a la sostenibilidad del planeta.
La Red Española de Desarrollo Rural |REDR y Redeia (antes Grupo Red Eléctrica) están impulsando la primera alianza entre artesanos del medio rural y diseñadores e interioristas a favor del slow fashion, una tendencia en moda y decoración que aboga por concienciar a los consumidores de las bondades de adquirir prendas, muebles y objetos hechos a mano (handmade) realizados en España, de mejor calidad y durabilidad, y con un proceso de producción sostenible y respetuoso con las personas, la biodiversidad y el planeta.
La alianza se enmarca en el proyecto Oficios en REDR, con el que la REDR y Redeia están promoviendo los oficios artesanos como herramienta para frenar la despoblación y diversificar la actividad económica del medio rural.
Oficios en REDR busca generar nuevas oportunidades de negocio para los artesanos de oficios ancestrales vinculados a los tejidos, alfarería, cuero o bordados. Para ello, ha organizado un primer encuentro los próximos días 23 y 24 de noviembre, en la provincia de Cáceres, entre artesanos de la Sierra de Gata y el Valle del Alagón con diseñadores e interioristas de firmas españolas que ya han experimentado con éxito el cambio de tendencia hacia el slow fashion. Entre los artesanos figuran alfareros/tinajeros, sombrereras, costureras expertas en encaje de bolillos y picado de faldas, curtidores, zapateros, marroquineros y artesanos de mobiliario y complementos.
En el trasfondo de este proyecto subyace la intención de REDR y Redeia de revertir la situación por la que atraviesa el medio rural español y, en especial los oficios artesanales. “Los talleres artesanos son, hoy por hoy, uno de los mejores antídotos contra la despoblación en el medio rural, ya que permiten fijar población, promover la diversificación laboral y ofrecer a los jóvenes una salida profesional sostenible”, señala Secundino Caso, presidente de REDR.
Desde Redeia, grupo empresarial comprometido con la lucha contra la desigualdad en el medio rural y con una importante presencia en todo el territorio español, su director de Sostenibilidad, Antonio Calvo Roy, expresa: “En nuestros pueblos abunda un saber hacer ancestral que reúne grandes dosis de talento, de respeto al medioambiente y a un estilo de vida saludable. Apoyar los oficios artesanos es abogar por la revitalización y el desarrollo sostenible, justo e inclusivo de nuestros pueblos”.
“Me encantaría que un diseñador pusiera los ojos en mis creaciones”. La voz de los artesanos
La tendencia slow fashion ha hecho de la tradición su credo. Hoy, la artesanía abre un futuro a la moda y esta, a su vez, a la artesanía. La estética rústica se está imponiendo en las últimas temporadas y es un hecho que las firmas de moda se pronuncian cada vez más a favor de oficios manuales como valor añadido a sus creaciones en aras a la sostenibilidad.
“Nunca pensamos que las tinajas de gran tamaño que fabricamos para bodegas y paisajistas se convertirían un día en elementos decorativos en los escaparates de marcas como Loewe o Zara Home. Mis antepasados antes sobrevivían con este oficio. Hoy, mis hermanos, mi hijo y yo podemos vivir cómodamente de la alfarería”, señala Antonio Moreno, tinajero de Torrejoncillo (Cáceres), con más de diez generaciones de tradición alfarera a sus espaldas. Él es uno de los artesanos que participan en el proyecto.
Otro de los artesanos que se ha unido al proyecto de REDR y Redeia es Alejandro Roso. Zapatero también de Torrejoncillo, trabaja día y noche para poder cumplir la producción de botas y zapatos que han encargado a su taller grandes firmas del calzado. “Voy a tener que contratar tres aprendices porque, en este momento, mi hermano y yo no damos abasto”, confiesa.
María José González, Montehermoso (Cáceres), también participa en el proyecto. Hoy es la única artesana en el mundo que realiza la Gorra de Montehermoseña con la que salían al campo y se tocaban para las fiestas las vecinas de esta localidad. Las realiza con paja de centeno que ella misma planta en su huerto, seca y luego trenza para coser después a mano, los adornos a base de lanas, telas, botones y lentejuelas, como hacía su bisabuela. Sus creaciones, únicas, han sido portada de Vogue y han desfilado en dos ocasiones en la Fashion Week de Madrid de la mano de Marina Conde, diseñadora de La Condesa, y del diseñador extremeño Miguel Becer, creador de ManéMané.
La colaboración con diseñadores y marcas de moda es una oportunidad para muchos artesanos. Mª Ángeles Hoyos y Marcos López (madre e hijo) vecinos de Villamiel (Cáceres) y artesanos de primera y segunda generación respectivamente, comercializan sus productos en ferias y a través de su página web. “Si una firma nos pidiera colaborar con ellos, lo haríamos encantados”, confiesan.
Otro tanto les sucede a Mª José López Casillas, 70 años, natural de Acebo (Cáceres) y única gran maestra del encaje de bolillos que queda en España y a Rocío Bueso, 69 años, vecina de Moraleja (Cáceres) especializada en el picado de faldas extremeñas como lo hacían sus antepasadas, con brasas de carbón. Ambas regentan sendos talleres donde más de 45 mujeres entre ambas, en su mayoría superan los 65 años. Todas ellas bordan y cosen con maestría como lo hacían sus abuelas y sus bisabuelas. Hacen juegos de cama, mantelerías, ropa de niño, abanicos, guantes y hasta vestidos de novia y objetos de decoración que luego regalan a sus familiares y amigos. “Antes teníamos encargos. Nuestro arte se vendía a comerciantes que lo distribuían por toda España y daban unos ingresos a las mujeres de los pueblos.”, manifiestan.
El medio rural ofrece un espacio idóneo para la actividad artesana, por la cercanía con los recursos naturales y los puentes a los métodos tradicionales y sostenibles de producción. Isabel Álvarez, 58 años, Mazcuerras (Cantabria), estudió y trabajó en Madrid durante más de 20 años para regresar después a su tierra natal y montar su propio taller. Es la única artesana en el mundo que realiza bolsos, complementos, muebles y objetos de decoración utilizando la piel con pelo de la vaca tudanca. “Soy artesana de primera generación, mis padres emigraron del campo a la ciudad aunque luego volvieron cuando se jubilaron. Yo he aprendido de los mejores. Me encantaría que un diseñador pusiera los ojos en mis creaciones”, confiesa.
Alta artesanía para una moda respetuosa con el planeta
La industria de la moda es hoy por hoy la segunda más contaminante del mundo. La tendencia del consumo rápido ha pasado de hacer 2 a 50 colecciones al año. El 80% de la ropa que se descarta en todo el mundo termina en vertederos porque no ha sido pensada ni para durar ni para reutilizarse. Sus modelos estandarizados son idénticos en todo el mundo.
En contraposición la artesanía apuesta por el cuidado del detalle, la calidad de los materiales y la manufactura personalizada. Es más cara por las horas de trabajo invertidas en cada producto. Están hechos a conciencia por manos expertas que acumulan toda la de experiencia de sus antepasados. Su producción es ética y sostenible. El resultado son piezas únicas y originales que no se encuentran en otros lugares.
De ahí que algunos diseñadores se hayan sensibilizado con esta nueva tendencia. Entre ellos figuran Moisés Nieto, que moderará una de las mesas del Encuentro de Moda y Artesanos organizado por REDR y REDEIA, los próximos 23 y 24 en San Martín de Trevejo (Cáceres), para visibilizar su proyecto. Nieto no solo utiliza complementos artesanales en sus colecciones, sino que, además, ha impulsado una plataforma de mujeres artesanas, La Hacería, para poner en contacto a diseñadores y artesanos que le valió el premio MDCM 2020.
Otros como Miguel Becer de ManéMané o Marina Conde de La Condesa utilizan sombreros artesanales, como la Gorra de Montehermoseña, para dar vistosidad a sus desfiles en la Fashion Week de Madrid.
Los hay que han instalado sus talleres en pueblos que antaño tuvieron una tradición textil como es el caso de Sergio de Lázaro de Otrura en la localidad de Moral de Calatrava (Ciudad Real). Otros como Leandro Cano, Ernesto Naranjo, Palomo Spain y Nicolás Montenegro han convertido sus pueblos de origen en localizaciones para sus shooting. Algunos de ellos han fijado en ellos su residencia habitual. Y todos utilizan las manos expertas de las costureras que les han visto nacer para hacer algunas de sus producciones más complejas.
También el mundo del interiorismo, la decoración y la arquitectura vuelve su mirada a la artesanía. Tal es el caso del interiorista internacional y fundador del Estudio Caramba, Tomás Alía, que también moderará una de las mesas con artesanos en el Encuentro de Moda y Artesanos organizado por REDR y Redeia.
Incluso algunas grandes firmas como han apostado por organizar Ferias de Artesanía online o por lanzar colecciones cápsula limitadas realizadas por artesanos. Una tendencia, sin duda, que gana adeptos día a día.