Se puede empezar por lo evidente y es que la sostenibilidad debe ser transversal y estar en el core de toda empresa. Se necesita formación y que las administraciones, players y stakeholders se comprometan al 100% para implementar mejoras. Y es que sin sostenibilidad no es posible la innovación y sin innovación no hay motor de cambio. Es por esta premisa que la divulgación como estas jornadas son tan importantes ya que nunca es tarde para empezar a ser sostenible.
Una fabricación limpia y empezar a abandonar los combustibles de origen fósil para incentivar así una fabricación sostenible puede ser un buen inicio. El uso de la bioenergía por parte de las empresas es la mejor alternativa ya que se minimiza la huella de carbono: el llamado “camino hacia el cero”. Dar el paso hacia las EERR no es solo una prioridad desde el punto de vista de la sostenibilidad, sino que también es más que necesario ante la reciente escalada de precios del gas y la electricidad en el país.
En cifras, la bioenergía supone ya un 10% del consumo de toda la energía y de entre las EERR se eleva a un 60%. La biomasa forestal es el combustible más usado y líder en Cataluña siendo las calderas de biomasa la tecnología más instalada. Su consumo supone ahorrar cerca de un 10% del consumo total, un paso importante para llegar a neutralizar las emisiones en 2050 que eviten el sobrecalentamiento de la tierra. Dada la potencia de la industria cosmética española y la gran capacidad para generar energía por su gran biodiversidad en recursos que tiene el país, hace que el sector de la cosmética pueda situarse a la cabeza de este cambio. Y es que Europa es el quinto país emisor de gases de efecto invernadero, pero a pesar de ello está avanzando mucho en esta materia.
La sostenibilidad no es moda ni tendencia, sino un comportamiento de vida en toda la empresa y personas y hay que estar muy convencida para llevarla a cabo. 4 de cada 10 consumidores demandan marcas sostenibles y este atributo para ellos es el primer factor de decisión de compra. Un claro reflejo de ello es la reciente aparición de nuevas marcas, sobre todo nativas digitales a raíz de la pandemia, con estos valores en su ADN.
Además, en la pandemia se ha incrementado del 5 al 40% el querer productos sostenibles, la gente ha tenido tiempo para ser consciente de la importancia que supone y hasta muchas de las empresas han dejado de crecer económicamente para explotar la sostenibilidad.
¿Y las certificaciones, cuánto de importantes son? Se aprecian como un aval que garantiza el trabajo y un paso más en el proceso de mejora, pero lo que se supone que deben beneficiar a los productos, para muchas marcas está perdiendo atractivo. Y es que el hecho que muchas enseñas hayan conseguido engagement sin estar certificadas (gracias a otros aspectos) hace que las que si lo están se sientan molestas por estar encorsetadas frente a la falta de barreras que tienen el resto.
Queda mucho camino por recorrer aun, pero la industria de la cosmética saca buena nota en sostenibilidad. El objetivo ahora es que la tercera edición de la Beauty Sustainability Week que tendrá lugar el año que viene aporte cifras mucho más positivas y poder estar cada vez un poquito más cerca de la excelencia.
Sobre el Beauty ClusterBeauty Cluster es una asociación privada que promueve la colaboración con el propósito de potenciar el desarrollo sostenible y la competitividad de la cadena de valor del sector de la cosmética, perfumería y cuidado personal. Está integrado por más de 200 empresas, es el clúster líder del sector de la belleza en España y el segundo mayor de Europa. Impulsa la innovación, la internacionalización, la formación y la transformación digital.
Es el único clúster mundial de belleza acreditado Gold Label. Fundador de la primera entidad formativa de negocios especializada en belleza, la Beauty Business School. Creador del primer Marketplace B2B de la industria de la cosmética y perfumería (Beauty Connecting Business).