En los últimos años, la tecnología blockchain ha ido ganando el reconocimiento y aceptación de diversos sectores de la sociedad. Personas naturales y jurídicas han incluido en sus finanzas los diferentes elementos que forman parte de esta nueva cadena de bloques, entre los que destacan los criptoactivos y los tokens no fungibles (NFT por sus siglas en inglés).
A pesar de su creciente popularidad, continúa siendo un campo lleno de incertidumbre desde una perspectiva jurídica, por lo cual resulta imprescindible para los abogados especializados en criptomonedas y blockchain analizar su funcionamiento y aplicar las leyes existentes de la manera correcta para proteger jurídicamente a las empresas.
Con el objetivo de dar solución a la problemática actual, Attolón ofrece asistencia de abogados especialistas en nuevas tecnologías, dispuestos a resolver necesidades puntuales de las empresas que lo requieran, sin la necesidad de contratar a profesionales en el área legal de forma permanente, como ha sido costumbre.
¿Cuál es el papel de los abogados en la tecnología blockchain?
Las aplicaciones tecnológicas han revolucionado el sistema de los servicios financieros desde hace algunos años. Actualmente, irrumpen en el mundo de los servicios jurídicos con una gran capacidad de cambiar la forma en que se conciben las obligaciones en un acuerdo o las actividades que forman parte de los procesos productivos y comerciales.
La tecnología blockchain, por su parte, plantea una serie de retos relevantes para la abogacía que deben ser tratados y analizados correctamente. Para el equipo de Attolón, la función continúa siendo la misma: asesorar, negociar, crear y formalizar los contratos en los que se encuentre implicada la cadena de bloques, ya que el crecimiento que la tecnología está experimentando es constante y supone grandes cambios en las finanzas.
El impacto de las nuevas tecnologías en la profesión del abogado
Debido a su reciente desarrollo, son muchas las dudas acerca de la implantación de las nuevas tecnologías y cómo estas podrían extinguir la profesión del abogado y aún más al notar que existe la posibilidad de realizar contratos que se ejecutan de forma automática, entre otras gestiones que continuamente son automatizadas gracias al avance de la ciencia.
Sin embargo, nada más alejado de la certeza sobre la necesidad de una figura jurídica, que en todo momento abogue por los intereses de las personas involucradas en cualquier tipo de negociación. Es decir, aliarse con la tecnología y no luchar contra ella, al tratarse de un instrumento que facilita la evolución del trabajo en pro de la rentabilidad y el logro de objetivos.