La calidad del resultado quirúrgico comienza mucho antes de la incisión: nace en la limpieza, inspección y esterilización del instrumental quirúrgico. Un protocolo sólido reduce infecciones, protege tejidos, conserva el filo y prolonga la vida útil de cada pieza. Cuando el equipo trabaja con estándares y disciplina, la curva de complicaciones baja y la confianza del quirófano sube. En este manual práctico, se mencionan criterios claros, pasos accionables y puntos de control que fortalecen la seguridad del paciente y la eficiencia del equipo.
Principios rectores del cuidado
La meta es reproducir siempre el mismo estándar: descontaminar, limpiar, enjuagar, secar, inspeccionar, lubricar, empaquetar, esterilizar y almacenar. Cada eslabón prepara el siguiente. Si uno falla, todo el proceso se debilita. Por eso, el protocolo define responsables, tiempos, insumos y registros; el equipo entrena, audita y mejora.
Limpieza inmediata postoperatoria
El tiempo juega a favor cuando se actúa de inmediato. Es importante evitar que sangre y proteínas se fijen en bisagras, cremalleras y ranuras, y facilitar una desinfección posterior efectiva. Abrir, desmontar y clasificar por familias es lo más recomendable para acelerar el flujo de trabajo y minimizar errores.
Enjuague y prelavado
Comenzar con agua corriente no muy dura para retirar carga orgánica gruesa. Evitar el remojo prolongado sin control, que favorece corrosión y manchas. Si se necesita remojar, el agua destilada o desmineralizada con detergente enzimático es la mejor opción, según dosis del fabricante.
Lista rápida de prelavado:
-Usar detergente enzimático de baja espuma y compatible con instrumental.
-Mantener temperatura por debajo de 50 °C para no desnaturalizar enzimas ni coagular proteínas.
-Emplear cepillos de nailon suaves; nunca abrasivos metálicos.
-Enjuagar con agua destilada o desmineralizada para retirar residuos y sales.
-Secar completamente con paño suave o aire comprimido.
Limpieza manual paso a paso
1-Sumergir piezas abiertas/desmontadas en solución enzimática al tiempo indicado por el fabricante.
2-Cepillar articulaciones, dientes y ranuras con movimientos controlados hasta eliminar restos.
3-Enjuagar a fondo con agua destilada o desmineralizada.
4-Secar cada superficie, priorizando zonas ocultas y bisagras.
5-Tras secar, separar piezas que requieren lubricación.
Ultrasonido: cavitación que sí suma
Las cubetas ultrasónicas resuelven geometrías complejas y fenestraciones. Ajustar solución, nivel, tiempo (3–5 min típicos) y temperatura (≈40 °C). Evitar exceder los 55 °C y no apoyar instrumentos en el fondo: usar canastilla para protegerlos y optimizar la cavitación.
Lubricación e inspección funcional
Lubricar instrumental articulado con productos hidrosolubles y de alta penetración. La lubricación reduce fricción, protege superficies y conserva precisión.
Chequeos no negociables
–Tijeras: corte continuo desde bisagra a punta; sin juego en el tornillo; cortar gasas/guante según tipo.
–Portaagujas: sujeción firme en segundo diente; no deslizar hilo 3/0 en mitad distal; mandíbulas íntegras.
-Pinzas hemostáticas: puntas alineadas; cremallera abre/cierra suave; estrías que acoplan perfecto a contraluz.
-Atraumáticas (p. ej., DeBakey): al ocluir papel fino no perforar ni dejar marca uniforme.
Empaquetado: contenedores y bolsas
El empaquetado protege la esterilidad hasta el uso. Seleccionar contenedores rígidos compatibles con los ciclos y filtros en buen estado, o bolsas de grado médico termoselladas en la longitud adecuada para evitar tensión.
Claves de embolsado:
-Dimensionar la bolsa a ¾ de su volumen con 2–3 cm libres por lado.
-Proteger puntas con tubos de silicona aptos para autoclave.
-Si el almacenaje es prolongado o hay cargas múltiples, usar doble bolsa.
Esterilización en autoclave
Definir el ciclo según carga y uso posterior:
–Clase N (desplazamiento por gravedad): material sólido sin envolver para uso inmediato.
–Clase B (vacío): penetra textil, cavidades y motores; ofrece secado superior.
–Clase S: opción intermedia para sólidos embolsados y cavidades poco profundas.
Carga correcta, resultados consistentes:
1-Verificar agua destilada, papel de registro e integridad de envoltorios.
2-Colocar metal abajo y textil arriba; así se evita superar el 75% de la capacidad.
3-Ordenar bolsas verticales de papel con plástico alterno para favorecer el flujo de vapor.
4-No apoyar paquetes en paredes, puertas o desagüe.
5-Seleccionar el ciclo conforme al contenido y monitorear la pantalla.
Descarga sin comprometer la esterilidad
1-Esperar presión cero y evitar abrir de inmediato para no generar condensación.
2-Revisar indicadores externos e internos.
3-Comprobar que paquetes estén secos e íntegros.
4-Evitar superficies frías durante el enfriamiento.
Indicadores y control de proceso
Integrar indicadores químicos externos (cinta) e internos (tiras de paquete) en cada ciclo para detectar fallos de tiempo, temperatura o penetración. Registrar lote, fecha, ciclo y responsable. Estos datos alimentan trazabilidad y auditoría.
Almacenamiento con criterio
Guardar en vitrinas o cajones cerrados, lejos de calor/humedad, a >25 cm del piso y >45 cm del techo. Separar estéril de no estéril, rotar por caducidad, no comprimir bolsas y reesterilizar cualquier paquete con envoltorio dañado o húmedo.
Esterilización química: cuándo y cómo
Para material termolábil, recurrir a la desinfección de alto nivel u opciones químicas especializadas. Manejar cada solución con EPP y en áreas ventiladas; tras el proceso, enjuagar con agua estéril para evitar irritación tisular.
Opciones frecuentes:
-Glutaraldehído 2 % con activación y vida útil limitada.
-Hipoclorito a 0,5 % preparado con cálculo de dilución exacto.
-Alquilaminas al 2 % con estabilidad controlada y acción veloz.
-Vapor de formol en sistemas específicos a baja temperatura.
Mantenimiento de la autoclave
Limpiar a diario la junta de puerta; verificar nivel de agua destilada; retirar cal y residuos semanalmente; lubricar bisagras/perno con aceite de vaselina; solicitar revisión técnica anual. Un equipo afinado sostiene la esterilidad y previene fallos de ciclo.
Errores comunes y cómo evitarlos
-Remojar sin control y a temperaturas altas.
-Usar jabones comunes o cepillos metálicos.
-Omitir el secado y guardar con humedad residual.
-Sobrecargar la cámara o apoyar paquetes en paredes.
-Saltar indicadores internos y registros de ciclo.
Seguridad, eficiencia y Belovet
Cuando el instrumental responde, el quirófano respira. Belovet comprende esa exigencia diaria. El equipo asesora en la selección de instrumental, compatibilidad con los procesos de reprocesamiento y buenas prácticas para alargar la vida útil de las piezas.
Si el objetivo es estandarizar el protocolo o renovar surtidos clave, se puede consultar el catálogo de Belovet y la guía personalizada para el flujo de trabajo. Los pacientes ganarán seguridad y confianza en el equipo.