Desde que decidió emprender con el proyecto de una pizzería el Puerto de Santa María, la chef Antonella quiso plasmar su huella: promover la auténtica comida tradicional italiana con ingredientes locales y frescos en un espacio acogedor, íntimo y apropiado para toda la familia.
Después de 20 años, Antonella ha logrado su reto con Mozzarella e Basílico, un restaurante con el verdadero sabor de la gastronomía italiana. En él, la experta ha volcado toda su experiencia para ofrecer a los comensales platos de autor con una cuidadosa atención a los detalles.
Ingredientes de productores locales
La chef Antonella dice que una de las mayores ventajas de estar en el Puerto de Santa María es la amplia disponibilidad de ingredientes frescos. Las carnes, el pescado y las verduras que se usan en su pizzería son provistos por productores locales que garantizan siempre una alta calidad.
El otro elemento que esta experta ha utilizado a su favor es la herencia gastronómica de su natal Isla de Cerdeña. Allí, aprendió el valor de los ingredientes cultivados en su propio huerto y de manera orgánica. Luego, están sus viajes a distintos destinos del mundo, donde conoció y experimentó con sabores y sensaciones. Con ello, pudo obtener una información ecléctica que le permitió definir el concepto de Mozzarella e Basílico.
El modelo que ha implantado la chef Antonella, junto a todo su equipo de trabajo, está diseñado por ella. La masa para la pizza está fermentada durante 48 horas, hasta alcanzar el balance de acidez y suavidad característico del restaurante. Luego, se cuida cada etapa del proceso de elaboración bajo una supervisión estricta, hasta que el producto llega a la mesa de sus clientes.
Cocina italiana en un ambiente elegante
En sus múltiples viajes, la chef Antonella no solo recogió los secretos de los sabores de la gastronomía tradicional de la Italia profunda. También conoció el toque de elegancia que se expresa en la presentación de los platos y la ambientación del lugar. El objetivo es ofrecer a las parejas, las familias o a las reuniones de amigos un entorno acogedor, pero elegante a la vez.
Durante estos 20 años, el equipo que trabaja con Antonella ha entendido el objetivo con el que ella prepara cada uno de los platos. Ninguno sale de la cocina sin estar supervisado por la chef. En el proceso, todo el personal ha internalizado lo que significa la verdadera cocina italiana, esa que está alejada del marketing de las franquicias multinacionales.
Además de los 17 sabores en pizzas, la carta de Mozzarella e Basílico ofrece ensaladas, pastas y postres. Todos los platos están disponibles también en el servicio a domicilio, que se ha convertido en uno de los nichos fuertes del negocio. Para la chef Antonella, el secreto de la vigencia del restaurante después de dos décadas es la calidad en los productos y la atención a los clientes. Son atributos que le han permitido convertirse en una referencia como pizzería en el Puerto de Santa María.