Ni San Valentín ni Año Nuevo: las pedidas de mano se realizan mayoritariamente en fechas próximas al 25 de diciembre, una época de intensa demanda comercial que, además, supone un aumento para la venta de anillos de compromiso. Así lo advierten joyerías de prestigio como la madrileña Germán Joyero, que considera los anillos de pedida como depositarios de «emociones, sentimientos e ilusiones».
Los meses de diciembre, enero y febrero conforman la temporada baja para los casamientos en España, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE), debido al clima desfavorable y la falta de tradición. Sin embargo, la Navidad es el momento más popular del año para una propuesta de matrimonio, sólo después de la Nochevieja y el Año Nuevo, según un artículo del Washington Post.
Pero las pedidas de mano navideñas no son una tendencia exclusiva del mundo anglosajón. El 25 de diciembre corona el top cinco de fechas «en las que es más probable que te pidan matrimonio» para la revista Marie Claire, mientras que el portal Bridebook cifra en 100 mil el número de propuestas matrimoniales que se realizan durante este periodo.
Pese a su simbología de amor y confraternidad, la época navideña es insuficiente para explicar este fenómeno entre las parejas españolas. Para Germán Joyero, especialista en anillos de compromiso de oro y diamantes desde 1945, «regalar una joya es regalar emociones, sentimientos e ilusiones». Porque la Navidad proporciona un contexto familiar y sentimental propicio para comprometerse en matrimonio, y los anillos se convierten así en el regalo perfecto para simbolizar esa unión.
Las formas de pedir matrimonio cambian en esta época del año. Tradicionalmente «se realiza una cena o fiesta donde se reúnen las familias de ambos, y el novio pide oficialmente la mano de su novia, pero esto en realidad se ha perdido y habitualmente es la propia pareja la que formaliza su reunión en privado». Los ardides para sorprender a la media naranja suelen armonizar con esta festividad: el anillo se presenta oculto en la decoración del abeto, como parte de los regalos o en el interior de una copa de champán, acompañado de mensajes en la nieve o en el alumbrado de colores, etcétera.
Aunque la Navidad impone sus propias reglas, los aspectos más ‘ritualistas’ de una pedida de mano permanecen inalterables. «El anillo puede ser de oro de 18 quilates o de platino, y usualmente la piedra es un brillante», explican desde la joyería online Germán Joyero. Además, la tradición prescribe que «se lleve en el dedo anular, y dependiendo de la zona del mundo donde estés, será en el izquierdo o el derecho», siendo común en España lucirlo en el anular de la mano derecha.
Con motivo de esta festividad, Germán Joyero prevé un aumento en la demanda de su colección de anillos de compromiso y de pedida, fabricados por artesanos españoles en materiales de calidad como el platino fino o el oro amarillo, blanco y rosa de 18 quilates. Asimismo la pedrería, certificada por laboratorios de prestigio, incluye diamantes, rubíes, zafiros, esmeraldas, tanzanitas o cuarzo amatista, un espectáculo de brillo y color digno de la Navidad.