Durante los últimos meses del año, España ha tenido resultados positivos en cuanto al crecimiento económico interno y a la generación de empleo en diversos sectores, pese a los acontecimientos mundiales que han desatado una crisis financiera en la mayoría de países europeos.
Ello se debe a las medidas de protección del gobierno español, enfocadas en el consumidor y en el poder adquisitivo de los hogares. No obstante, el incremento en el nivel de los precios de la canasta familiar, el combustible y diversos bienes y servicios, han hecho que las personas tengan que tomar decisiones de compra como la sustitución de un producto por otro menos costoso, o sencillamente, no adquirirlo.
En ese sentido, la fluctuación de la economía ha creado la necesidad de que personas naturales y compañías cuenten con acompañamiento de expertos para sortear y protegerse frente a fenómenos como la inflación.
En este contexto, Iván González es un destacado asesor financiero personal en España, en planificación económica para familias, empresas de todo tipo, autónomos, entre otros, para solventar y prever estas situaciones.
Bondades de tener un consultor personal
De acuerdo con Iván González, el 90 % de las familias y pymes no tienen planificación financiera, por lo que, en su mayoría, se ven afectadas directamente por desequilibrios como la inflación. Sin embargo, tener un especialista al alcance que analice, de manera permanente, cada partida de ingresos, gastos, inversiones y ahorros, reduce los efectos de movimientos inevitables del mercado.
El paso a paso que ejecuta el asesor en cada consulta, tiene algunas generalidades, pero todo adaptado al cliente. En primer lugar, se hace un diagnóstico financiero con base en las condiciones del usuario. Todos los elementos que se reúnen en esta valoración, son fundamentales para materializar la planificación financiera. En los casos en que se presenta una inflación sostenida, las medidas no son restrictivas, sino de cambio de enfoque y sustitución de bienes y servicios, sobre todo de aquellos que no tienen trascendencia en la búsqueda de los objetivos a mediano y largo plazo.
En esa medida, las inversiones, que no pueden frenarse durante los efectos negativos al IPC, deben hacerse de acuerdo con las previsiones del consultor con respecto al comportamiento del interés compuesto frente al tiempo. Es decir, identificar previamente las posibles ganancias a través de los meses o años, y todas las variables externas que puedan generar inestabilidad, para tomar las decisiones de inversión acertadas.
Posteriormente, se realizan reuniones cada 4 o 6 meses para hacer seguimiento y precisar las oportunidades de crecimiento.
Errores comunes cometidos cuando no se cuenta con acompañamiento financiero
Las equivocaciones que más se presentan están relacionadas con los gastos e inversiones sin ningún tipo de planificación profesional. Es decir, la compra de bienes y servicios a muy corto plazo, sin reconocer el contexto en el que se gestionan.
Otro desacierto importante es hacer exactamente lo que se específica en los bancos, quienes finalmente, asesoran según el comportamiento de sus productos, y no a partir de las condiciones particulares del cliente.