En estos momentos en los que está siendo retransmitido uno de los funerales más importantes en décadas, el de la Reina Isabel II de Inglaterra, el protocolo funerario se ha convertido en el tema de conversación en muchas televisiones, radios y medios de comunicación de todos los países del mundo. Los responsables de Interfunerarias explican cuáles serían las normas de comportamiento adecuadas tanto en velatorios como en funerales.
Resulta obvio pensar que el protocolo en un funeral varía notablemente según si es un funeral de estado o la despedida de un ser cercano que nada tiene que ver con la realeza. Indican en Interfunerarias que no es necesario ser de rancio abolengo para recibir un trato justo y de calidad hasta en los últimos momentos. Presentar respetos a la familia es algo que hay que hacer con determinación y garantizando un apoyo íntegro.
Es importante diferenciar entre velatorio y funeral, ya que son momentos muy distintos dentro del protocolo funerario. Al velatorio suelen acudir aquellas personas que han formado parte real de la vida de la persona que ha fallecido. Sin embargo, al funeral, es más frecuente que acudan todas las personas que quieran mostrar sus respetos y apoyo a la familia, aunque no hayan ocupado un puesto en su círculo más íntimo.
Para dar el pésame, hay diferentes fórmulas hoy en día: el envío de tarjetas de condolencia es algo que sigue funcionando, aunque es cierto que la evolución de la tecnología hace que los mensajes de texto o a través de aplicaciones de mensajería instantánea se estén convirtiendo los métodos más socorridos.
Protocolo funerario en el siglo XXI
En Interfunerarias, advierten que pese a que los tiempos hayan cambiado es posible que en algunas circunstancias los velatorios y funerales parezcan un viaje al pasado. El compromiso que ellos albergan es siempre con la familia, a quienes acompañan en todo momento, con el objetivo de lograr evitarles preocupaciones innecesarias. Para conseguir esto, es fundamental que los asistentes a los distintos actos funerarios comprendan cómo comportarse en cada momento.
Mantener la seriedad y demostrar respeto hacia la familia sería lo principal. La empatía se ha convertido en una emoción fundamental para entender lo que está ocurriendo en el otro lado. Probablemente, la familia del finado no esté pasando un buen momento y los asistentes deben de ponerse en su lugar.
Cuando se acude a un funeral en el que no se conoce a los familiares siempre hay que presentarse. Decir nombre, apellidos y de qué se conocía al familiar fallecido es un gesto esencial. Además, un funeral exige puntualidad. Hay que vestirse de manera sobria, evitando extravagancias y buscando la mayor discreción posible. Es cierto que vestir de negro riguroso en los actos funerarios es algo que ha quedado anticuado, pero sí que hay que acudir con un dress code acorde a la situación, sin estridencias ni colorines.
Presentar las condolencias a la familia es fundamental. En Interfunerarias, advierten de que este momento debe de ser breve y sin demasiados artificios. A veces, simplemente con un sincero abrazo se logra transmitir mucho más que con palabras.
Acudir a un acto funerario no es algo agradable, pero siempre es posible hacerlo de manera que la familia se sienta arropada y querida. Interfunerarias recuerda que hoy en día la clave está en adaptarse a cada familia, ofreciéndoles lo que necesitan en todo momento y asegurándoles un trato cercano y de calidad.