Al solicitar un préstamo o hipoteca ante un banco, la entidad brinda al solicitante la opción de contratar un seguro de vida.
Aunque no es obligatorio realizar la contratación, sí es una medida recomendable, ya que es una forma de garantizar que, en caso de fallecimiento o invalidez, los familiares o herederos no tengan que hacerse responsables de la deuda o pérdida de bienes puestos en garantía.
Que sea recomendable contratar un seguro de vida no significa que se deba hacer con el banco. Según el ‘Estudio comparativo de primas del seguro Vida Riesgo 2021’, elaborado por INESE Data y Global Actuarial, contratar este tipo de seguros con el banco es hasta un 87 % más caro que hacerlo con un mediador o con una aseguradora.
Si, debido a las bonificaciones, una persona decide finalmente contratar el seguro de vida con el banco y se arrepiente, tiene solución, siempre que opte por un seguro de vida anual renovable, y no por un seguro de vida de prima única, opción que se debe descartar siempre, al ser muy perjudicial para sus intereses.
Para llevar a cabo esta decisión y evitar hacer frente a posibles negativas de la entidad bancaria, PuntoSeguro se encarga de dar de baja la póliza de vida no deseada y de ahorrar hasta un 200 % con los seguros disponibles en su plataforma.
Cómo cancelar un seguro de vida vinculado a un préstamo
De acuerdo con lo explicado por PuntoSeguro, si se está en los primeros 30 días desde que se contrató la póliza o se recibe la información contractual, se podrá ejercer el derecho de desistimiento unilateral, sin que sea necesario exponer motivo alguno. Bastará con una comunicación por escrito a la aseguradora, sin necesidad de tratar el tema con el banco.
Si han pasado los 30 días, se deberá cumplir al menos un año de contrato, hasta que se pueda cancelar la póliza. Para hacerlo, bastará con escribir a la aseguradora con al menos un mes de anticipación a la fecha de efecto, o fecha de renovación de la póliza, comunicando la intención de que no se renueve la póliza.
En conclusión, antes de contratar una póliza con el banco, se deben hacer números y, al margen del banco, dejarse asesorar por corredores o agentes expertos en seguros de vida, para no pagar de más.