Invertir en nuevas tecnologías no solo es un reto muy motivador, también es esencial para el crecimiento y el éxito de las empresas y la economía.
Los avances tecnológicos han revolucionado el mundo actual e invertir en nuevas tecnologías es una forma de participar de estos cambios y posicionarse por delante de la competencia.
Un clásico de la tecnología ha sido su gran aporte en términos de automatización y agilidad de los procesos, resultando en una mayor eficiencia y productividad. Hoy en día, se sigue mejorando gracias a la automatización robótica de procesos (RPA) para tareas repetitivas (entrada de datos, procesamiento de facturas, lectura de documentos, etc.)
Sin embargo, en esta década, la mayor contribución de las nuevas tecnologías para las empresas llega en la mejora en la experiencia al cliente (CX). Una de las referencias internacionales en este ámbito es COREangels EnterpriseTech, especialista en start-ups tecnológicas disruptivas en la captación, retención y vinculación de clientes. Como señala Jorge Martínez-Arroyo, Co-Fundador de COREangels EnterpriseTech, las experiencias diferenciales que vive el cliente desarrollan una vinculación emocional con su marca y optimizan los recursos, pero solo se podrá entregar estas experiencias a miles de clientes mediante las nuevas tecnologías.
Muchas compañías ya usan chatbots e inteligencia artificial (AI) para ofrecer al cliente una atención y producto personalizado. También el uso de realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR) permite al cliente vivir experiencias inmersivas. Como ejemplo, las empresas de diseño de interiores que utilizan AR para que los clientes visualicen nuevos muebles en sus hogares o las tiendas de ropa online con probadores virtuales. Sin embargo, esto es solo el principio, ya hay soluciones emergentes que analizan en tiempo real las emociones del cliente o anuncios que conversan de manera interactiva.
Las empresas que adoptan rápidamente nuevas tecnologías de cliente tienen un mayor crecimiento de forma sostenible en el tiempo, lo que garantiza su supervivencia y posicionamiento. Este crecimiento se produce por dos vías, la primera por la mejora en la captación y vinculación del cliente y, la segunda, por la creación de nuevos productos y servicios. Ejemplos de mejores prácticas, ya comunes en muchos sectores, son la segmentación de clientes más propensos gracias al análisis de datos de la inteligencia artificial, o los nuevos servicios en hogares e industrias generados a partir de la Tecnología 5G, el Internet de las Cosas (IoT) o la blockchain.
No hay que olvidar, en contra de lo que muchas veces se comunica, que las nuevas tecnologías son también el gran impulsor del crecimiento económico de la sociedad. Cuando las empresas invierten en nuevas tecnologías, generan nuevos empleos y estimulan la actividad económica. Este ha sido el caso de la creación de miles de puestos de trabajo en las industrias de energía solar y eólica gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías en energía renovable.
Tanto empresas como profesionales deben estar en continuo aprendizaje para liderar el cambio y no ser presa del mismo y la mejor forma de aprender, mientras se ayuda al desarrollo del país, es invertir en nuevas tecnologías.