Las revisiones urológicas periódicas facilitan la detección temprana del cáncer de próstata, lo que mejora la supervivencia y, en muchos casos, ayuda a evitar tratamientos innecesarios
Una alimentación equilibrada y la actividad física regular reducen el riesgo de enfermedades prostáticas y mejoran la calidad de vida de los hombres.
Con motivo del Día Europeo de la Salud Prostática, que se celebra el 15 de septiembre, ROC Clinic, grupo urológico de referencia en España, hace hincapié en la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz de las enfermedades de la próstata, un grupo de patologías que afectan de manera directa a la salud y a la calidad de vida de los hombres.
El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones en Europa. Se estima que este 2025 se diagnosticarán 450.000 nuevos casos según datos de la European Cancer Organisation, pero esta no es la única enfermedad relevante que concierne a esta glándula. La hiperplasia benigna de próstata (HBP) afecta a más del 50% los varones mayores de 50 años, provocando síntomas urinarios que deterioran la calidad de vida; mientras que la prostatitis crónica puede afectar hasta a un 10-15% los hombres en algún momento de su vida.
“El cuidado de la próstata no empieza cuando aparece la enfermedad, sino mucho antes, con hábitos saludables y revisiones periódicas. La edad y la genética influyen, pero nuestros estilos de vida marcan la diferencia”, explica el Dr. Javier Romero-Otero, director de ROC Clinic y del departamento de Urología de HM Hospitales.
Hábitos saludables, la base de la prevención
Diversos estudios han demostrado una asociación entre la dieta y la evolución de las enfermedades prostáticas. En este sentido, la dieta mediterránea caracterizada por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y aceite de oliva, se asocia con un menor riesgo de desarrollar patologías de la próstata.
“El exceso de peso constituye un factor de riesgo para la aparición de tumores prostáticos más agresivos. Por ello, insistimos en la importancia de mantener un índice de masa corporal adecuado y evitar dietas ricas en grasas saturadas”, subraya el Dr. Juan Justo Quintas, subdirector de ROC Clinic y especialista en patología prostática.
Asimismo, la práctica regular de actividad física no solo favorece la salud cardiovascular y metabólica, sino que también tiene un impacto positivo en la próstata. “El sedentarismo es un enemigo silencioso. No se trata de convertirse en atletas, sino de mantener una vida activa que evite el deterioro metabólico y sus repercusiones sobre la próstata”, concluyen desde ROC Clinic.
Revisiones: la clave del diagnóstico precoz
El diagnóstico precoz del cáncer de próstata es esencial para mejorar la supervivencia y reducir los tratamientos innecesarios. Las guías de la European Association of Urology (EAU) recomiendan un cribado individualizado, adaptado a la edad, los antecedentes familiares y el valor del PSA basal.
“En ROC Clinic aconsejamos que todo varón acuda a una primera revisión urológica a los 50 años. En caso de antecedentes familiares de cáncer de próstata o mutaciones genéticas como BRCA2, recomendamos empezar a los 40. Una simple analítica de PSA y una exploración física pueden salvar vidas”, recuerda el Dr. Justo Quintas.
Otros hábitos que marcan la diferencia
A estos pilares de alimentación ejercicio y revisiones, se suman otros factores de estilo de vida: evitar el tabaco, moderar el consumo de alcohol y reducir bebidas como la cafeína en pacientes con síntomas urinarios también contribuye a mejorar la salud prostática.
“Cuidar de la próstata es cuidar de la salud global del hombre. No hablamos solo de prevenir el cáncer, sino de mejorar la calidad de vida, la función urinaria e íntima, y el bienestar general”, concluye el Dr. Javier Romero-Otero.
En el contexto del Día Europeo de la Salud Prostática, ROC Clinic envía un mensaje claro: la combinación de revisiones periódicas, hábitos saludables y mayor concienciación social es la herramienta más eficaz para reducir las enfermedades prostáticas.