Rutina sostenible, viajes insostenibles. En busca de un turismo mejor

Un vuelo de Barcelona a Madrid deja una huella de 150 kilos de CO₂ por persona.

Una noche de hotel genera de 10 a 100 kilos de CO₂ por persona.

Los viajes en autocaravana o furgoneta cámper se han convertido en una opción cada vez más popular entre viajeros.

Las prácticas sostenibles están cada vez más integradas en la sociedad. Según Ecoembes, el 83 % de los hogares españoles están preparados para reciclar. Es más, al año, se consigue reciclar más de la mitad de envases de plástico, según datos del Eurostat.

La vida diaria está llena de pequeños gestos sostenibles, se recicla, se lleva la cantimplora de metal a todas partes, las personas se fijan en el origen de los productos del supermercado, ya no se llena la bañera…, ¿pero qué ocurre cuando se viaja?, ¿se apaga la preocupación ecológica?.

Desde el crucero y el avión, pasando por hoteles y hasta el impacto social que acarrea la popularidad de los destinos turísticos, el turismo tradicional trae consigo una huella ecológica difícil de ignorar.

Según la Organización Mundial del Turismo, un solo crucero produce 210.000 litros de aguas residuales y contamina el equivalente a 12.000 automóviles. Este es el medio de transporte turístico que más contamina junto con el avión. Un vuelo de Barcelona a Madrid deja una huella de 150 kilos de CO₂ por persona. Si se decide viajar a Estados Unidos, la huella superará los 1.000 kilos de CO₂. Con estas cifras, ¿ese vuelo a Londres el fin de semana sigue valiendo la pena?.

No solo es el transporte turístico lo que contamina, según la OMT la estancia en hoteles genera el 5 % de las emisiones de dióxido de carbono del sector. En otras palabras, una noche de hotel genera de 10 a 100 kilos de CO₂ por persona.

También hay que tener en cuenta la sostenibilidad de las economías locales, pues el turismo masivo trae, a menudo, consecuencias desoladoras para los habitantes. La popularidad de ciertos destinos atraen a cadenas hoteleras y a todo un sistema de servicios para el turista, lo que acaba por desplazar a los habitantes locales. Son un ejemplo las ciudades de Barcelona o Palma de Mallorca, severamente afectadas por las dinámicas turísticas tradicionales.

Entonces, ¿cuál es la forma de turismo más sostenible? 

¿Es un barco? ¿Es un avión? ¡No! ¡Es una casa sobre ruedas! Los viajes en autocaravana o furgoneta cámper se han convertido en una opción cada vez más popular entre viajeros, y no es difícil entender por qué.

Esta forma de viaje permite a los turistas recorrer grandes distancias sin tener que preocuparse por alojamiento, transporte o comidas. Personalizar el viaje al 100 % en un momento en el que las personas buscan alejarse de las masas y experiencias que no sean prefabricadas para el turista. Pero, ¿es también una forma más sostenible de hacer turismo?

Desde CamperXpress, la plataforma de alquiler de autocaravanas y campers de profesionales locales en España, explican que el impacto ambiental de los viajes en este tipo de vehículos es considerablemente menor que el de otros medios de transporte, como los aviones o los cruceros.

Al viajar en vehículos recreativos, se emite menos dióxido de carbono por persona, lo que reduce la huella de carbono total del viaje. Además, siendo la conciencia ambiental cada vez mayor, muchos fabricantes están produciendo vehículos con sistemas de energía renovable, como paneles solares, y se plantea que para la próxima década la mayoría de modelos sean híbridos o eléctricos.

No solo es un transporte turístico menos contaminante, ya que también se reduce tanto el coste del viaje como las emisiones del mismo, pues en lugar de alojarse en un hotel y realizar las comidas en restaurantes, los viajeros pueden cocinar y pernoctar en el vehículo. 

CamperXpress trata de difundir un turismo más respetuoso con el medio, pero también con las economías locales y las personas, pues la plataforma ofrece una forma de viajar que no depende de la infraestructura turística. Además, se reduce la cantidad de agua y energía que se consume durante el viaje y los pasajeros pueden aplicar las mismas rutinas sostenibles que aplican en casa, como por ejemplo el reciclaje y la gestión de residuos.

Y es que, viajar por carretera en una casa sobre ruedas no implica ningún sacrificio a la hora de disfrutar de unas vacaciones inolvidables. Es más, hay numerosas ventajas; poder contar con una mayor flexibilidad en el itinerario con la libertad de elegir dónde y cuándo parar o, como lo más destacado, tener la posibilidad de explorar destinos fuera de los circuitos turísticos tradicionales.

En una sociedad cada vez más concienciada con la sostenibilidad y la importancia de disfrutar de lo local, se empieza a ver la necesidad de un cambio en las dinámicas turísticas. Los viajes en autocaravana y cámper se presentan como la solución perfecta para aquellas personas que buscan experiencias más reales y en sintonía con el medio, permitiendo a la vez personalizar por completo las vacaciones.

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