La asertividad es una habilidad social que permite comunicarse de manera clara y respetuosa. Se define como la capacidad de expresar las propias opiniones, intereses, pensamientos o emociones; defenderlos y hacerlos valer; y limitar tentativas invasivas de otros si se produjeran.
Las personas con escasas habilidades asertivas tienden a no manifestarse abiertamente, a no tomar iniciativas; tienden a evitar los conflictos y confrontaciones; tienden a mostrarse complacientes; les cuesta decir que no y limitar conductas inapropiadas de otros. Este modo de proceder es fuente de malestar emocional, ansiedad, tristeza, ira, rumiaciones, baja autoestima, sentimientos de ser utilizado, y malestar por no sentirse suficientemente representado en las actividades sociales de las que se participa.
Los especialistas de la Clínica de la Ansiedad, que atienden presencialmente y online, aplican programas para desarrollar habilidades asertivas que mejoren las relaciones inerpersonales y faciliten una mejor gestión emocional
El estilo asertivo
El comportamiento asertivo permite actuar, pensar y decir conforme a lo que la persona cree que es lo más apropiado para sí, defendiendo sus derechos, intereses o necesidades, sin agredir a nadie, ni permitir ser agredido. El desarrollo de la asertividad, como habilidad social, facilita el camino hacia una mejor consideración personal, y optimiza la capacidad para relacionarse con los demás de manera eficaz y satisfactoria.
Este estilo se caracteriza a nivel no verbal y vocal por: contacto ocular directo, pero no desafiante, expresión facial adecuada a la situación, nivel de voz conversacional, buena entonación (tono seguro), habla fluida, gestos firmes, postura cómoda y manos sueltas.
La conducta verbal se caracteriza por expresiones del estilo: “Pienso”, “siento”, “quiero”, “hagamos”, “¿cómo podemos resolver esto?”, “¿qué piensas?”, “¿qué te parece?”.
El estilo asertivo suele producir efectos positivos: la persona resuelve los problemas; se siente a gusto con los demás y consigo misma; se siente razonablemente satisfecha, relajada, con control sobre sí y sobre el entorno; crea y aprovecha oportunidades; se siente respetada; es buena para sí y para los demás.
Desarrollar la asertividad
Las relaciones interpersonales son esenciales en todas las facetas de la vida: afectiva, profesional, cívica. Su regla de oro es ser capaces de respetarse a uno mismo y a los demás.
En ocasiones, los problemas de autoestima o autoeficacia, las experiencias sociales aversivas experimentadas previamente, la falta de habilidades y competencias suficientes, pueden llevar a ver lo social como una fuente de problemas, más que de oportunidades. Se obstaculiza así la realización de planes, intereses o necesidades, ocasionándose sentimientos de insatisfacción, ansiedad, tristeza y baja autoestima.
En otra dirección, a veces, la propia ansiedad, estorba y merma el desempeño social, generando inhibición o conductas evitativas que restan oportunidades y bienestar.
Si estas dificultades se manifiestan de manera importante y persistente, conviene pedir ayuda y hacerse con destrezas para una gestión social y emocional más conveniente y satisfactoria. A este respecto, Clínica de la Ansiedad, con más de 25 años de trayectoria asistencial y más de 5000 personas atendidas, puede ser un buen recurso, ya sea mediante consultas presenciales o a distancia mediante videoconferencia.