En unas modernas y eficientes instalaciones frigoríficas, recientemente equipadas por una empresa española especializada en construcción de proyectos para la cadena de frío.
Una temperatura de -25 grados Celsius dentro de las instalaciones preserva la cadena de frío de los alimentos ultracongelados y todo ello en plena hora de calor, estas temperaturas extremas son indispensables para poder mantener el frío y que los elementos que estén dentro se puedan conservar de forma correcta.
Las temperaturas entre el exterior casi 40 Cº y el interior varían más de 60 grados. Empieza el turno de la tarde,
Los integrantes del turno llegan con camiseta, chanclas y bermudas, muchos de ellos sudando a chorros sin haber empezado a trabajar. Pero el atuendo pronto cambia, en los vestuarios las bermudas se sustituyen por un grueso pantalón, las chanclas por calcetines gruesos y botas de goma y un forro polar acaba de cubrir el cuerpo de los integrantes del turno.
Una puerta hermética junto con una cortina de lamas separa los vestuarios de la nave frigorífica, en diferentes secciones pescado y carne congelada, comida precocinada congelada, verduras para paella, helados, todo bien separado para adecuarse a las normativas de seguridad alimentaria..
En el interior Óscar Rodríguez, CEO de de la empresa que está rematando la construcción de las instalaciones sobre este tipo de trabajos que aseguran el abastecimiento de la cadena de frío y sobre todo de las necesidades en cuanto a seguridad laboral trabajando con estas temperaturas extremas.
A parte de lo obvio que es el vestuario, las medidas de seguridad en este tipo de trabajos son indispensablesTrabajar a una temperatura controlada tan extrema implica tomar una serie de medidas, tanto por parte del trabajador como de los propietarios de las instalaciones. Además del vestuario, que se puede observar, es necesario que los operarios estén hidratados correctamente, tanto en verano como en invierno. Eso no pasa exclusivamente por beber agua, en estas condiciones y aunque se está en plena ola de calor un caldito calentito, como comprenderá el lector, se agradece.
La normativa es estricta, según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, todas las cámaras deben de contar con alarmas de hombre encerrado y hachas de seguridad para el caso de que las puertas no se puedan abrir.
El precio de la energía el reto al que se enfrenta el sectorA día de hoy la diferencia hay entre contar con equipos eficientes u obsoletos puede suponer el que un almacén logístico cierre sus puertas o que continúe abasteciendo al mercado, dependerá mucho de si esta situación se alarga o no, ya que conforme vayan caducando los contratos de suministro de los clientes la diferencia puede ser abismal en cuanto a costes.
Un gran centro logístico como este, con una empresa sólida detrás puede, quizás, permitirse esta inversión, pero la cadena de frío no se queda ahí. ¿Qué pasa con las pequeñas fruterías, supermercados de barrio, floristerías y demás partes de la cadena de frío?
Efectivamente, este es uno de los elementos más débiles de la cadena de frío, una pata importante de la actividad negocios más pequeños, cuenta Óscar Rodriguez que desde hace varios años distribuyen cámaras frigoríficas, equipos y accesorios desde su web www.camarasfrigorificas.es.
En un principio eran escépticos, es un producto complejo y los potenciales clientes eran reacios a no tener una persona delante que les asesorara. Con el paso del tiempo parece que se ha dado con la solución, dar una atención personalizada vía chat y telefónica, además durante la pandemia hubo cierto desabastecimiento de material, por lo que a los profesionales a quienes les pilló preparados, ahora no solamente venden el cliente final, en muchos casos también a instaladores frigoríficos que encuentran todos los repuestos y maquinaria que necesitan a un solo clic. Aunque claro, este sector aunque con unos números importantes de facturación a nivel nacional es relativamente pequeño y casi todos conocen a los distribuidores y fabricantes por lo que ser una empresa consolidada y con años de bagaje siempre ayuda.
Al abandonar las instalaciones frigoríficas sobre las cinco de la tarde, 37 grados reciben en el exterior, el coche que se aparcó a la sombra ahora está al sol, no se quieren mirar los grados que marca en el interior del coche, se bajan las ventanillas y se enchufa el aire acondicionado esperando que refresque el interior mientras no se deja de pensar que, dentro van con forro polar…