La etiqueta es lo que viste a una botella de vino para lograr que sea identificada a simple vista. En ella se refleja la marca, la categoría del producto, el grado alcohólico, la procedencia, el embotellador y el volumen. Estos son los datos básicos. Sin embargo, las etiquetas de vino van más allá de la función informativa para el cliente y delinean por completo la esencia del producto.
A partir del diseño de etiquetas es posible crear una línea entera de vinos desde cero. Eso es lo que hizo el estudio Sidecar Design con la marca 7 pecados, que se constituyó en una referencia mundial gracias a las creaciones vanguardistas que se plasmaron sobre sus botellas.
El éxito de los 7 pecados
El equipo de Sidecar Design llevó a cabo el proyecto que se convirtió en la línea de vinos 7 pecados desde cero. En principio, ni el nombre de la marca ni el concepto estaban definidos. A partir de un trabajo artesanal y laborioso lograron un diseño de etiquetas que dio la vuelta al mundo.
Sidecar Design no creó una, sino 7 etiquetas de vino distintas, cada una para representar uno de los pecados capitales. El diseño fue una apuesta por el atrevimiento y la vanguardia que dio en el blanco. Los vinos comenzaron a venderse en una caja que incluía las 7 botellas y constituyeron un éxito en el mercado.
Por ejemplo, el vino llamado Lujuria, viene semi envuelto con una media de red que sugiere el significado de su nombre. A su vez, el que representa a la Envidia está cubierto con una etiqueta dorada brillante que genera un efecto similar al de un espejo, como si quisiera atrapar todo lo que hay en su entorno.
Estas creaciones generaron un gran impacto y le valieron al estudio un amplio reconocimiento. Entre otras menciones, la publicación Gentleman del periódico El Confidencial, nombró a 7 pecados como una de las marcas con mejor diseño del mundo. En la lista se incluyen botellas de la bodega Château Mouton Rothschild cuyas etiquetas fueron creadas por Pablo Picasso y del emprendimiento vitivinícola del director de cine Francis Ford Coppola, que recurrió a la ayuda del director de arte de la película El Padrino para vestir sus botellas.
Las etiquetas de vino son una marca de identidad
El diseño de las etiquetas es clave para comercializar un vino porque es la carta de presentación ante el consumidor. Cuando están bien conceptualizadas son una herramienta comercial sin igual que sustenta la idea de una compra de calidad.
Las etiquetas de vino diseñadas por el estudio Sidecar Design son verdaderas obras de arte que logran instalar productos en mercados que son cada vez más competitivos.