Tres países en los que es recomendable tener precaución para evitar sufrir un esguince

Experimentar un esguince nunca resulta agradable, y mucho menos cuando se está lejos de casa. Afortunadamente, en España, gracias a la cobertura de la Seguridad Social, los afectados no tienen que pagar nada, aunque no se considera gratuito. Sin embargo, si esta lesión ocurriera en otro país, podría resultar costoso e incluso devastador para la economía de la persona. Según los datos recopilados por el corredor de seguro de viajes Chapka, estos son los tres países en los que hacerse un esguince podría salirle muy caro a una persona.

Primer puesto para Estados Unidos

El primer puesto lo ocupa, sin sorpresas, Estados Unidos. La atención médica es de las más innovadoras y cuenta con los mejores profesionales e instalaciones del mundo. No obstante, la falta de un sistema de salud con cobertura universal garantizada y el predominio del sector privado frente al público hacen que el coste de la sanidad en el país norteamericano alcance precios astronómicos. Hecho que obliga a la mayoría de sus ciudadanos a recurrir a un seguro médico privado.

El coste de una consulta puede variar en función del hospital, de sí se está asegurado o no e incluso del tipo de seguro. De ahí que lo primero que piden a una persona es su seguro o tarjeta de crédito que garantice que se puede hacer frente al importe de la asistencia. Por supuesto, el simple derecho al diagnóstico ya tiene un precio.

Si se tiene la mala suerte de resbalarse paseando por las calles de Nueva York y se sufre de una fractura en el tobillo, sin seguro médico, el diagnóstico y el tratamiento cuesta entre 11.000 y 20.000 dólares americanos (10.200 € – 18.500 €). A modo de ejemplo, la tarifa media de una radiografía es de 170 €, pero según el centro esta podría costar en torno a los 950 € o incluso más y habría que añadirle otros 1.000 € o 2.000 € si además se ha pasado por urgencias.

En Canadá

A diferencia de Estados Unidos, Canadá sí dispone de un sistema de salud público y gratuito para los residentes permanentes, sin embargo, esto no se aplica a los residentes temporales o a los viajeros quienes tendrán que pasar por caja si necesitan asistencia.

En estos casos, la sanidad canadiense se convierte en una de las más caras del mundo en la que una simple consulta en urgencias (que se tendrá que pagar con antelación) costará en torno a los 250 €, una radiografía 100 € y si tienen que hacer una resonancia, serán otros 450 € más. Si se complicara, un día de hospitalización varía entre los 800 € para las intervenciones más sencillas y hasta 10.000 € para los casos más complicados. Por si no fuera suficiente, los precios se multiplican a menudo por dos o por tres para los turistas.

Por último, si no se desea pasar por urgencias, hay que saber que conseguir una cita con un médico de cabecera es casi misión imposible, ya que estos no aceptan pacientes nuevos y se tendrá que acudir al sistema privado, todavía más costoso.

Japón

El país nipón cuenta con uno de los mejores sanitarios del planeta y un excelente seguro nacional de salud basado en los ingresos. Como era de esperar, los pacientes no asegurados son responsables de pagar el 100% de la asistencia.

Si una consulta con un médico de cabecera cuesta una media de 80 €, la factura aumenta cuando se necesita un especialista o con los servicios de urgencias (entre 150 € y 400 €). Si una persona tropieza observando la belleza del castillo de Osaka y tienen que ser intervenidos por una fractura, la cuenta alcanzaría los 22.600 €. Otra dificultad en este país es encontrar médicos que hablen inglés.

Más allá del top 3

Completando esta lista se encuentran países como Emiratos Árabes Unidos, especialmente Dubái, donde la consulta clásica se sitúa entre los 50 €- 100 € o China, país en el que una consulta de urgencias puede llegar a los 1.000 €. Asimismo, algunos países caribeños también aplican elevados costes siguiendo el modelo americano de salud.

El seguro de viaje, la mejor manera de protegerse

Como nadie está a salvo de tener un accidente o enfermar durante un viaje en el extranjero, lo mejor para protegerse ante los eventuales problemas de salud es contratar un seguro de viaje. “Un seguro de viaje internacional no solo te cubre en caso de necesitar asistencia sanitaria, sino que también evitará gastos no planificados relacionados con tu equipaje y te incluye coberturas como la repatriación, la responsabilidad civil o el regreso anticipado en caso de tener que adelantar tu vuelta por la hospitalización o el fallecimiento de un familiar cercano” afirma María Prieto de Chapka seguros. Asimismo, la mayoría de los seguros ofrecen la opción de añadir la cobertura de cancelación por si se tuviera que anular el viaje antes de la salida.

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