Hoy en día se practica un legado marcial chino basado en el desarrollo físico, emocional y mental, para enfrentar los retos de la vida cotidiana con inteligencia estratégica. Este se conoce como Ving Tsun o Wing Chun y es un sistema del Kung Fu que puede ser aprendido por personas de cualquier edad y condición física en la academia Moy Yat Ving Tsun Europe de Inteligencia Marcial, ubicadas en Madrid y Barcelona. El maestro Marcelo Navarro Fernández es el líder de esta iniciativa, y desde hace 25 años lo practica, convencido de su poder fortalecedor de la consciencia para utilizar en las situaciones diarias como puentes para alcanzar los objetivos.
Un sistema de expresión personal
El Ving Tsun – Wing Chun estimula la expresión personal del practicante, quien desarrollará su manera de superar los retos en los diversos escenarios que plantea este arte. Además, en coherencia con la experiencia marcial, cada acción o decisión en los ejercicios de combate deben ser eficientes y sustentables. Este propósito genera en las personas una consciencia estratégica que le facilitará identificar las características de su conducta, con el fin de refinar y perfeccionar la manera en que reacciona ante las dificultades.
“Cuando nos referimos al Sistema Ving Tsun (Wing Chun) en Madrid o Barcelona, podemos afirmar que hablamos de un Sistema para desarrollar Kung Fu. La noción de Kung Fu, es el grado de excelencia que una persona desarrolla de manera gradual en cualquier actividad realizada por el hombre. Las actividades pueden ir desde: cómo nos relacionamos con otras personas, cómo nos desenvolvemos en el ámbito profesional o cómo realizamos nuestras actividades del cotidiano”, explica el maestro Marcelo Navarro Fernández desde la página web de Inteligencia Marcial.
La esencia de este sistema de arte marcial tradicional se basa en el comportamiento estratégico chino que se fundamenta en el comportamiento «femenino» caracterizado en el contexto clásico chino por: la determinación, la eficiencia, la sustentabilidad y la sutileza. Este legado marcial fue creado por una mujer, la monja budista llamada Ng Mui del monasterio Siu Lam (Shaolín) del Sur, en la provincia de Fukien. Su predecesora y discípula una joven, Yim Ving Tsun fue quien perfeccionó y estructuró el arte recibido en sus seis dominios o niveles como hoy se le conoce. “Este legado marcial lleva el nombre de la persona que lo estructuró y difundió, Ving Tsun (Wing Chun) y es toda una declaración de intenciones, para todas aquellas personas que lo practican, cultivando el comportamiento «femenino» y sobre todo estratégico en la propia manera de proceder, tomar decisiones y actuar. Esta característica de la conducta estratégica china se refleja en los dispositivos corporales del Sistema Ving Tsun al utilizar una energía firme y a su vez suave, con movimientos contundentes y flexibles», destaca Marcelo Navarro Fernández.
Formado por seis dominios
El Ving Tsun está conformado por seis dominios o representaciones de diferentes experiencias marciales: Siu Nim Tau, Cham Kiu, Biu Ji, Mui Fa Jong (Muñeco de Madera), Luk Dim Bun Gwan (Bastón de seis puntos) y Baat Jaam Do (Cuchillos gemelos). Cada uno de ellos abarca listados de dispositivos corporales de combate simbólico. Con base en tales movimientos, el practicante va evolucionando su Kung Fu.
En cada fase de aprendizaje, la experiencia corporal se va haciendo más intensa e íntima. Este aprendizaje milenario seguirá potenciando la conciencia en las nuevas generaciones, capaz de conducir a un estado único de autoconocimiento e inteligencia integral que influye en el propio desenvolvimiento humano del practicante.